Terrassa

Los humoristas defienden su trabajo para una sociedad que se lo pone dificil

Estamos ahora en una época que exige volver a hacer humor ‘entre líneas’ como el que hacía Perich, con ironía y dobles sentidos, como un acertijo, y que el lector se sienta más inteligente al entender el chiste", dijo el dibujante de El Periódico, Miquel Ferreres, y tal afirmación puede sintetizar el espíritu de la tertulia "Fes l’humor i no la guerra", que el jueves llenó el Ateneu Terrassenc. Un acto que puso de relieve que son tiempos dificiles para el humor y los humoristas, y la libertad de expresión. Uno de los participantes, Eduard Biosca, debe ir el lunes a declarar al juzgado. Está investigado por presuntas injurias a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, por un comentario que hizo en la interpretación de su personaje, el "Senyor Bohigues", en el programa de radio "Versió Rac1".

Y el tercer humorista en la mesa, Eduard Torres, "Sr.Edi", dibujante en Diari de Terrassa, recordó que hace un año, por un chiste , "que no gustó a los grupos de feministas, ni a los de lgtb, ni a nadie, me querían expulsar de Terrassa y declarar ‘persona non grata’. Cuando el acto de los candidatos a Capgròs, montaron una manifestación contra mí, así que no fui para que no hubiera follón". A Edi no lo atacaron los políticos, ni la justicia, sino "el pueblo. Ahora hay que mirar mucho todos los temas". El ejemplo más reciente en Terrassa: el cartel de Carnestoltes. "Yo encuentro que está muy bien. Seguro que algunas chicas que lo han criticado irán a la rúa con una ‘cigala’ así de grande."

No obstante, cree Edi que, hoy en día, lo más dificil no es hacer chistes sobre la familia real, los políticos o el clero, sino "sobre las grandes empresas, que se gastan muchísimo dinero en publicidad en los medios de comunicación".

La importancia del humor
La profesión va por dentro, y Ferreres, Edi y Biosca se expresaron con humor, e hicieron sonreir y reir a los asistentes, pero era patente que también llevan, en estos momentos, la procesión. La censura, la autocensura, el temor a la querella por injurias, a las reacciones fanáticas (Ferreres recordó los atentados a El Papus y Charlie Hebdo), planean siempre sobre su trabajo, y más con la actual situación política. ¿Por qué tanta fijación, especialmente en estos momentos, con los humoristas? Para el moderador del acto, Joan Lluch, "quizá porqué cuando las cosas las explicas con humor, la gente las entiende mejor. Y así es más fácil que todo el mundo piensa, y esto, que la gente piense, es lo que les da más miedo".

"Los humoristas somos una mezcla de periodistas y payasos", dijo Ferreras. Esto es, que "hemos de hacer reir sobre cosas que son verdad y muy serias. y cuando ‘van mal dades’, como ahora, no te puedes acurrucar. Cuando hay la humillación que estamos sufriendo, has de seguir apretando". "En los momentos dificiles, el humor es más importante", apostilló Biosca.

La realidad es la materia prima del humorista, cuyo público agradece "que le toques el ‘ull de poll’ al poder. Ahora ha salido en los medios que el imán de Ripoll, autor del atentado de Barcelona, fue confidente de la policía. Esto me cuece por dentro,y sé que es puñetero". Pero no ha sido noticia destacada, y para Biosca "somos tan tontos que si nos la ponen pequeña no le damos importancia o la olvidamos".

El tema de los límites legales del humor apareció en la tertulia en diversas ocasiones. "Hoy, un ministro ha dicho que el 1-O solo hubo incidentes en cuatro o cinco colegios y todo lo demás son invenciones. Y a este señor no le pasa nada. Pero si haces según que chiste sobre él, al día siguiente tienes una querella", afirmó Lluch. Biosca defendió a ultranza la libertad de expresión. La chirigota de carnaval de Cádiz en la que se decapita a Carles Puigdemont "a mí me pareció de mal gusto. Pero no pido que pongan en prisión a quienes la han hecho. Ellos tienen libertad de expresión para hacerla, y yo debo tener libertad de expresión para criticarla".

Añadiría después, el intérprete del "Senyor Bohigues", sobre la situación política actual, que "no pensábamos que los medios de comunicación de fuera de Catalunya llegarían a engañar tanto. Hasta el extremo de que unos parientes nuestros hacen más caso de lo que dice Antena 3 sobre las escuelas, que a un familiar que es profesor en ellas". Ferreres: "Estamos en una cosa crispada, como de guerra".

La atmósfera necesaria
¿Por qué dejó de publicar en La Vanguardia?, le preguntó a Ferreres un asistente. "Porque tenía demasiadas presiones para mi gusto", reconoció. "En la empresa en que estás, has de tener una atmosfera de confianza. Y cuando un diario tiene demasiados compromisos, te toca demasiado tu trabajo y te sientes enjaulado. Ya es dificil hacer humor trabajando en libertad, que encima te digan que cuidado con tal señor porque es amigo del amo."

También en El Periódico Ferreres está bajo la supervisión del director y del jefe de opinión. "Si un día está de nervios, porque la situación general está crispada, te puede decir que este chiste no lo pongas, o lo guardes para otro día más tranquilo." Biosca lo tiene más fácil, porque está delante de un micrófono, "y si digo algo, ya está dicho".

Necesario para la sociedad y la democracia, pero dificil y arriesgado, pues, el oficio de humorista, en cuya definición, piensa Biosca, "ya incluye el hecho de no ser importante. Porque el humor significa sacar la chulería de las personas, y la importancia de las cosas".

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