Formalmente fue una entrevista protocolaria, solicitada por la dirección de Aigües de Terrassa para saludar al nuevo alcalde, Alfredo Vega. A la práctica, la reunión de Josep Lluís Armenter, director general de Mina, y Marià Galí, presidente del patronato de la Fundació Mina Aigües de Terrassa, con el primer edil y con el teniente de alcalde de Territori, Marc Armengol, supuso el miércoles el restablecimiento de las relaciones institucionales entre la concesionaria y la administración.
La entrevista pone fin a un periodo de tensión entre ambas instituciones, marcado por las denuncias de presiones y amenazas formuladas por el anterior alcalde Jordi Ballart, y la judicalización del proceso del agua por parte de Mina. La concesionaria ha presentado contenciosos contra las condiciones fijadas para la reversión de bienes, que se producirá al final de la concesión, y las condiciones de las prórrogas forzosas, tres hasta el momento. También han recurrido a la Justicia AGBAR, socio de Mina, los accionistas de la compañía y Aigües de Matadepera.
A la salida del despacho de Alcaldía, Marià Galí explicó que la entrevista fue un intercambio "de opiniones sobre el modelo de gestión del agua", en el que se valoraron "las discrepancias y los puntos de acuerdo, que son pocos, pero alguno hay".
El presidente del patronato de la Fundació Mina no concretó esos puntos de coincidencia. "No seré más explícito -dijo Galí-. Ha sido una conversación institucional que no se traduce en nada que pueda concretarse en este momento".
Sobre el cambio de modelo en la gestión del agua en Terrassa y la próxima entrada en funcionamiento de la empresa pública Aigua de Terrassa, Mina le hizo llegar al alcalde que la compañía, lejos de oponerse, "respetamos la decisión del pleno y facilitaremos al máximo el que pueda tirar adelante".
Por su parte, el alcalde Alfredo Vega dijo que el encuentro fue "amistoso, de diálogo y entendimiento, que es donde queremos situar el final de la concesión".
La primera autoridad municipal celebró el restablecimiento de relaciones y explicó que al Ayuntamiento le "gustaría que a partir de ahora fueran más fluidas y no todo vaya vía tribunales". La ciudad está ante "un cambio de modelo de gestión y hay temas colaterales en los que puede haber colaboración. Con diálogo será más fácil", dijo.
