La falta de lluvia, la contaminación y la sequedad provocada por las calefacciones propician que los casos de dermatitis atópica se "agraven". Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que afecta a niños y adultos, y que provoca un picor "irritante" y alteraciones del sueño. Una patología sobre la que Ariadna Ortiz, dermatóloga del Hospital Santa Caterina de Girona indica que puede aparecer en los primeros meses de vida y, según los últimos estudios epidemiológicos, afecta sobre todo a los menores de 7 años. Entre los 10 y 16 años disminuye a un 18% y, en cambio, sólo entre el 1 y el 3% de los adultos la sufren".
Una patología que ha ido en aumento durante los últimos 30 años y que "se ha multiplicado por tres en los países desarrollados", indica la dermatóloga a Efe.
Factores ambientales
Además de las causas ambientales, el estilo de vida es un factor importante en el aumento de la dermatitis, Ortiz señala que la teoría de algunos investigadores "apunta a la superhigiene como posible factor".
"En los países desarrollados la inercia es que los niños vivan en un espacio impoluto, lo que evita que, durante los primeros meses de vida, desarrollen las defensas necesarias para hacerles inmunes a sustancias ambientales", indica la doctora.
En el desarrollo de la dermatitis atópica existe "una predisposición genética o bien algunos de los dos otros signos que componen la tríada de la atopia, como el asma o la rinitis alérgica, patologías que aumentan el riesgo de padecerla". Ortiz señala que la existencia de una disfunción en la barrera cutánea provoca que la piel no se aísle del medio externo al faltar una proteína, la filagrina, "que se encarga de ensamblar las células de las capas superficiales de la piel", afirma. "Al no estar estas células ensambladas se produce una mayor pérdida de agua de dentro hacia fuera, por lo que la piel se reseca con mayor facilidad", señala la dermatóloga.
Picor irritante
La dermatitis atópica no es una enfermedad contagiosa o infecciosa, pero tiene un impacto en la calidad del vida del paciente. Puede provocar falta de sueño y un menor rendimiento escolar o laboral. Además, según la zona a la que afecte, puede existir dolor y aprensión a coger cosas, indica la especialista.
El picor provoca estrés y la visión del efecto sobre la piel causa "sensación de vergüenza y el impacto social puede originar aislamiento y problemas psicológicos", indica la doctora.
Las mejillas, los pliegues de los brazos y las rodillas, detrás de las orejas y la región abdominal son las zonas más afectadas. Y en los adultos, se manifiesta más en la cara y en el dorso de las manos.
La dermatóloga pediátrica del Hospital Niño Jesús de Madrid (España), Ángela Hernández, indica que "rascarse es un alivio temporal pero, a la vez, altera la barrera cutánea, facilitando la penetración de agentes irritantes".
La cifra
25%
Es el porcentaje de menores de 7 años padecen dermatitis atópica. Es una patología de alta incidencia en los bebés.