Terrassa

Un lenguaje interdisciplinar

Lleno hasta casi la mismísima bandera en el Centre Cultural para presenciar un montaje que ha nacido fruto de la sinergia entre el mundo artístico y las instituciones. La experiencia se lo merecía; "Lurrak" ("tierra" en euskera) es un proyecto interdisciplinar, en el que música y circo comparten por igual protagonismo, todo ello ligado con apuntes teatrales, de un teatro sin palabras, con cierto dramatismo y mucho humor.

"Lurrak" es, por un lado, la quintaesencia del circo contemporáneo y, por otro, la demostración de que otras disciplinas artísticas no sólo se pueden mezclar, sino también fusionar con el mundo del circo.

"Lurrak" transcurre en una jornada laboral cualquiera en una fábrica de la ría de Bibao. Ocho obreros, la mitad de ellos músicos y la otra mitad acróbatas, se enfrentan a diario a un patrón esclavista e histriónico. Un decorado de inspiración semindustrial y el sonido de la txalaparta o el ruido de los objetos (entre estos platos y vasos metálicos) configuran una banda sonora fabril que da idea del agobio y la servitud en la que se enmarca la situación de los personajes.

Los ejercicios aéreos (con aro o cuerdas) y las acrobacias en el suelo, a veces con báscula incluida, son los elementos que se incorporan como expresiones metafóricas de la libertad o el enjaulamiento. Todo lo que ocurre en escena es parte de la narración.

Furia y poesía
El baile desenfrenado o las coreografías también nos dan una idea o bien de revolución, o bien de cadena de producción. La música, que oscila entre la furia (excepcionales y más que virtuosos los dos intérpretes de txalaparta) y la poesía (especialmente con la trikititxa) va más allá de su papel como banda sonora y ayuda a recrear emociones y atmósferas. junto con un diseño de luces también especial.

En el fondo, cada uno de los elementos está al servicio del mensaje, e incluso en alguna ocasión cuentan con la colaboración del público, como cuando los actores hacen subir a varias personas al escenario para ejecutar un baile desenfrenado que parece un sueño de libertad, de cambio.

Hacia el final, dos de los artistas elaboran una suerte de baile aéreo que también refleja un cambio en la vida de estos obreros, mientras el patrón acaba atado y colgado en el techo. Le dan su merecido, recibe su castigo con evidente hartazgo y hostilidad, y sólo a partir de entonces las cosas pueden empezar a cambiar.

"Lurrak" acaba siendo un espectáculo denso, emotivo, muy bien facturado, en el que se echa de menos un poco más de números de circo (especiamente para los más pequeños) pero que logra seducir y entusiasmar sobradamente al público más adulto .

LURRAK
Creación y dirección: Adrián Schvarzstein. Intérpretes: Ortzi Acosta, Gaizka Chamizo, Nuria Puig, Marc Muñoz, Izaskun Agirresarobe, Mikel Hernández Urrutia, Anai Gambra Uriz, Roberto Castro/ Gotzon Batikon. Dirección técnica: Iker Donoso. Escenografía y atrezzo: Mercedes Lorente. Vestuario: Paulette San Martín. Producción: Isabel Lorente.  Domingo, 3 de diciembre. Cente Cultural. 

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