La falta de lluvia, las calefacciones y la enorme sequedad en el ambiente propician que se "agraven" los casos de dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que afecta a niños y adultos, y que provoca un picor "irritante" y alteraciones del sueño.
Una patología sobre la que Ariadna Ortiz, dermatóloga del Hospital Santa Caterina de Girona, pone especial atención al afectar a un amplio margen de la población y con motivo del Día Mundial de la Atopía, que se celebró ayer lunes, día 27 de noviembre.
"La dermatitis atópica puede aparecer en los primeros meses de vida, y los últimos estudios epidemiológicos demuestran que un 25% de los menores de 7 años la padecen, mientras que entre los 10 y 16 años disminuye a un 18 %". En cambio, sólo entre el 1 y 3 % de los adultos la sufren. Esta patología ha ido en aumento durante los últimos 30 años y "se ha multiplicado por tres en los países desarrollados", indica la dermatóloga.
Además de las causas ambientales -el estilo de vida es un factor importante en el aumento de la dermatitis- Ortiz señala que la teoría de algunos investigadores apunta a la "superhigiene" como posible factor.
"En los países desarrollados la inercia es que los niños vivan en un espacio impoluto", lo que evita que, durante los primeros meses de vida, desarrollen las defensas necesarias para "hacerles inmunes a sustancias ambientales". Pero cuando el niño sale de esa burbuja artificial, su cuerpo recibe esas sustancias como "extrañas" y empieza a producir "anticuerpos contra ellas".
La doctora añade que en el desarrollo de la dermatitis atópica hay "una predisposición genética o bien algunos de los dos otros signos que componen la tríada de la atopia, como el asma o la rinitis alérgica", patologías que aumentan el riesgo de padecerla.
Ortiz señala que la existencia de una disfunción en la barrera cutánea provoca que la piel no se aísle del medio externo al faltar una proteína, la filagrina, que se encarga de ensamblar las células de las capas superficiales de la piel.
"Al no estar estas células ensambladas se produce una mayor pérdida de agua de dentro hacia fuera, por lo que la piel se reseca con mayor facilidad", señala la dermatóloga y también directora médica de los laboratorios Pierre Fabre Dermocosmética.