Sahida Hamido (Terrassa, 1972) acaba de presentar “Diario de una mujer de aire”. Es, a todas luces, un libro poético y narrativo muy especial y sentido porque nació a raíz de sufrir maltrato infantil.
¿Por qué este libro?
Yo tuve una infancia muy difícil marcada por un padre dominante, agresivo, maltratador€ Y a mí esto me marca mucho y negativamente€ Yo empecé a escribir con 8 años, básicamente poesía. Este libro es una recopilación de textos y poesías en los que hay muchos temas pero, principalmente, habla de esta relación difícil con mi padre, que a mi me destruye como niña y persona. Y también hay algún texto que habla de una relación de pareja en la que también sufrí maltrato. Para mí, escribir sobre todo lo que sucedió ha sido una terapia curativa porque la situación vivida era un infierno, tanto fue así que en algún momento, cuando tenía 15 años, me planteé que la vida no tenía sentido. Afortunadamente, lo superé.
¿Este maltrato se dio en toda la familia?
A todas, a mi madre y también a mis dos hermanas mayores. Mi padre cumplía con el patrón del hombre que fuera de casa era socialmente aceptado y reconocido pero dentro era otro. Fíjate que a mi madre cuando se separa -mi padre entonces se quedó ciego- la gente le insulta por la calle y le dicen que cómo ha sido capaz de abandonarlo cuando, en realidad, lo que necesitaba era respirar porque vivía en una situación que la ahogaba. Fue tal el sufrimiento que yo había deseado que desapareciera de nuestras vidas.
¿Su madre no había notado, antes de casarse, ninguna señal de alarma?
Mi madre se dio cuenta a los 15 días de estar casada cuando él empezó a sacar su verdadera personalidad. En aquellos tiempos era muy mal visto que la mujer se fuera de casa y ella aguantó por nosotras. Nosotras, en cuanto nos hicimos mayores, nos fuimos de casa y ella también lo hizo. Pero es que por aquel entonces mi padre iba con otra mujer.
¿Su padre tenía algún problema?
Había sufrido maltratos en la infancia porque era un hombre que su madre lo tuvo con 13 años. Pero esto no justifica su maltrato hacia su esposa e hijas. Mi padre siempre buscaba cualquier excusa para insultarnos o pegarnos. Éramos totalmente sumisas.
El miedo bloquea
Y la contradicción es que yo quería a mi padre y, por tanto, no entendía nada. Porque querer es respetar. El, cuando yo tenía 12 años, se quedó ciego y para nosotras fue un alivio porque recuperamos nuestra libertad. Son actitudes y comportamientos humanos sin sentido. El lo dominaba todo y nosotras obedecíamos. Éramos buenas niñas, buenas estudiantes, no salíamos. Yo fui al cine por primera vez con 18 años. No podía venir ningún amigo a casa ni a merendar. Si el autobús se retrasaba, sufrías porque te podía dar una bofetada. Si te llamaba para hablar, me moría de miedo. Todo estaba muy controlado. Nuestra vida era el imperio del terror.
¿Cuándo recuperaron su libertad?
Mis padres tuvieron una primera separación y mis hermanas, mi madre y yo nos fuimos de casa para ir a vivir juntas. Mi padre – entonces ya ciego- intentó que yo me quedara a vivir con él. Yo no quise e intentó hacer que me sintiera culpable. Entonces él recurrió a mi madre y mi madre volvió. Y, a partir de ahí, quiso librarse de sus hijas, le molestábamos. Entonces mi madre vino a verme por cuenta de mi padre y me dijo que regresara a Terrassa y mi instalara en casa de un familiar.
¿Cómo reanudó su vida?
Me fui de Valencia (allí viví desde los 7 hasta los 20 años que es cuando sucedió todo este drama) y de nuevo en Terrassa me fui a vivir a casa de mí tía y me puse a trabajar en una gestoría. De todos modos, yo llamaba alguna vez para saber cómo estaban y unas vacaciones, a raíz de un grave problema que tuve con un compañero de trabajo, propuse ir a Valencia pero mi padre lo rechazó porque dijo que igual este chico me seguía y nos hacía daño a todos. La única esperanza que tenía, que a mi padre le quedara un poco de alma, la perdí. Mi padre no tenía buenos sentimientos. Siempre me descalificaba y me deseaba lo peor.
¿Cómo fue la vuelta a Terrassa?
En Terrassa, intenté cuánto antes hacer mi vida y me independicé en cuanto hallé un trabajo que me lo permitió. Entonces conocí a un chico, nos fuimos a vivir juntos y tuvimos dos hijos. Nos separamos. Tuve una nueva pareja. Y, al principio, todo iba bien hasta que empezó a cuestionarme sobre mi carácter, mi forma de hacer, mis poemas€ Y cada vez la humillación y el desprecio fue mayor. Hasta que llegó el momento en que decidí separarme a pesar de que me amenazaba.
¿Cómo salió de la nueva espiral?
Me fui a Casa Galeria y allí me ayudaron a reconocer que había un maltrato psicológico muy importante y que debía poner fin a ello. Y así actué. Rompí hace cinco años. Y ahora vivo sola con mis hijos.
¿Ha logrado reanudar su vida?
Nunca te acabas de recuperar. Te dicen que perdones pero esto no lo he hecho. Yo me perdono por no quererme, por no haber recurrido antes a los servicios municipales del Ayuntamiento -Casa Galeria- que me ayudaron. Esta es una lucha que nunca termina porque has aprendido también a justificar cosas. Haces terapia, te ayudan, pero es una batalla diaria.
¿Cómo juzga la experiencia?
Pone de manifiesto que las mujeres son muy vulnerables. A lo largo de nuestro camino hay mujeres que se encuentran y deben enfrentarse a situaciones machistas graves o muy graves pero que, de algún modo, toleramos porque socialmente nos han educado así y tenemos miedo a reaccionar. Lo que yo he aprendido es que nos debemos querer y respetarnos más. Y no permitir este tipo de actitudes porque experiencias así dejan una herida que no se cura.
Su relato es un testimonio valioso para otras mujeres que pueden hallarse en la misma situación. ¿Qué desea decirles?
Que sean valientes. Es difícil porque estamos muy solas. Vivimos en nuestro miedo y este miedo no hay nadie que nos lo quite. Pero que busquen ayuda en todos los servicios del Ayuntamiento que funcionan muy bien. Y sobre todo un consejo para las chicas, que se den cuenta cuando hay actitudes invasoras y que no las acepten. Estamos en una sociedad que permite muchas cosas pero hay cosas que no se pueden tolerar.
¿Cree que será capaz de tener una nueva pareja?
Vivo con mis hijos y trabajo de administrativa. No tengo pareja desde hace mucho tiempo. Primero debo quererme mucho a mi misma. Mi vida gira alrededor de mis hijos y escribir poesía. Ya estoy preparando un segundo libro con poemas pero hablará de la vida en general. Yo quiero ser escritora. Escribir es mi pasión y mi sueño desde que era niña y me gustaría poder dedicarme a ello.