Los jóvenes del Segle XX dejaron claro en los años 70 que la suya era una apuesta por la cohesión, el compromiso y la autogestión. Con apenas 20 años, un grupo de chicos y chicas del barrio protagonizó la primera okupación en la ciudad, irrumpiendo en un solar cedido por un particular a la Iglesia católica .
El terreno, situado en el cruce de la plaza del Segle XX con la calle de Guillem de Muntanyans, llevaba años inactivo y los chavales decidieron convertirlo en el primer casal del barrio. A pico y pala, el grupo levantó en unos pocos fines se semana el primer local social del sector, el embrión de un proyecto vecinal que sigue intacto.
“Aquel fue el modelo, el criterio en una época en que nadie te escuchaba y tocaba autoorganizarse”, explica Salvador Pérez, presidente de la AVV del Segle XX durante … años. Entre aquellos primeros activistas vecinales se encontraban una jovencísima Ana Maria Masachs, primera presidenta de la AVV del Segle XX, y un casi adolescente Joan Vives, hoy al frente de la entidad.
Unidad y cohesión
El espíritu de aquella primera iniciativa de autogestión ha marcado cinco décadas de historia en el barrio, que estrenaba su primera AVV en noviembre de 1977, hace justo 50 años. Una década antes, los vecinos habían impulsado una asociación cultural cuyas actividades coexistieron durante tiempo con las organizadas por los residentes del Camp del Mono, los pisos de Santa Margarida al otro lado de la carretera de Rubí. El objetivo de unificar ambas fiestas y crear conciencia de barrio impulsó la histórica Agrupació del Segle XX, que al desaparecer cedió el testigo a los jóvenes del barrio.
Hoy la mayoría de aquellos chavales siguen activos. Durante medio siglo, su proyecto ha impregnado todas y cada una de las iniciativas de la AVV.
Segle XX es una de las pocas entidades vecinales de la ciudad en asumir la gestión del casal de barrio, donde no se programa una sola actividad con afán de lucro. También gestionó el espacio socio-deportivo de la calle Avinyó y lo intentó con el centro cívico Alcalde Morera, pero el proyecto no cuajó.
En pleno debate sobre el movimiento vecinal, Segle XX rechazó la propuesta de convertir las AVV en gestorías de servicios y ha mantenido su perfil reivindicativo y autogestionario.
Si la administración no responde, tomamos la iniciativa. En base a ese principio, la AVV del Segle XX aprobó en 1978 un Plan de Actuación de medidas urgentes para paliar los déficits urbanísticos del barrio, con calles sin asfaltar, solares abandonados, naves vacías y convertidas en vertederos y una total falta de equipamientos. El mix residencial e industrial ha sido siempre un reto para la cohesión.
Durante años, la entidad vecinal trabajaba a nivel interno y también impulsaba su proyecto al exterior. En los años 90 lo intentó incorporándose a la Federació d’Associacions de Veïns de Terrassa, donde no encajó. El perfil irreductible de la AVV del Segle XX chirriaba en una FAVT convulsa y muy politizada.
bien comunicado, tranquilo
Hoy Segle XX es un barrio tranquilo, bien comunicado, a un paso del centro y renovado socialmente. En la última década ha duplicado su población, que ronda los 6.200 habitantes.
“Somos también un barrio inacabado”, recuerda Salvador Pérez. En Segle XX quedan 6 calles sin asfaltar, entre 10 y 12 naves abandonadas y un puñado de solares vacíos. Más que un problema, la AVV ve en esos espacios la oportunidad de “lograr un equilibrio entre vivienda, equipamientos y espacios libres. No queremos ser un barrio compacto”.
La urbanización del Segle XX sigue pendiente y su AVV no baja la guardia. Su revista Bocamoll incluye un azote mensual a la clase política y en la junta sigue vivo el espíritu autogestionario de los años 70.