La atendieron en MútuaTerrassa cuando ya no pudo más, cuando aquel día de noviembre, con 14 años, sufrió una crisis de ansiedad. Un año después, con 15, ya estaba interna en un centro de acogida. Y cuatro años más tarde está previsto que la Audiencia Provincial juzgue a los presuntos responsables de la situación arrostrada por la joven: su madre, acusada de maltratar a su hija, de tirarle objetos, de menospreciarla de palabra y obra, y su padrastro, acusado también de malostratos y de abusar sexualmente de la menor desde que era muy pequeña. Para él pide la fiscal cinco años y seis meses de prisión. Para ella, la progenitora, tres años.
La familia vivía en un domicilio de Terrassa. Los tres juntos: madre, hija y compañero de la madre, el padrastro. Desde que la niña contaba 5 años, el hombre la sometió a tocamientos en los genitales, "incluso por debajo de la ropa interior", explica el Ministerio Fiscal, que habla de abusos continuados, también con toqueteo de los pechos. Los tocamientos los perpetraba en el sofá, por debajo de la manta con la que padrastro e hijastra se tapaban.
Las agresiones del hombre a la niña no se limitaban al ámbito de la libertad o indemnidad sexual. También le pegaba "de forma recurrente, continuada y sin causa justificada", según la fiscal. Le propinaba bofetadas en la cara y golpes en la cabeza, incluso patadas. Y la amenazaba de muerte y la vituperaba cada dos por tres, diciéndole cosas como "tienes un problema en la cabeza, nunca serás nada en la vida, no eres una persona normal". Fueron unos cinco años de menosprecios del padrastro, afirma el Ministerio Público.
¿Y la madre? La madre la vilipendiaba, según se infiere de la acusación. "Me estás amargando la vida", le espetaba, y la amenazaba con tirarle algo y con mandarla a Sevilla o entregarla "a la Generalitat", o con abofetearla. Quizás lo peor pasaba cuando la insultaba, cuando la llamaba gilipollas y mentirosa.
Llegó a agredirla varias veces en esos cinco años de presunta sucesión de violencias. La madre le lanzaba cosas y la golpeaba en la cabeza y la espalda, según indica la fiscal. La menor padeció moratones y marcas diversas, pero no hay constancia médica de las lesiones porque sus responsables nunca llevaron a la menor a un centro, agrega la Fiscalía.
Sí visitó el hospital universitario MútuaTerrassa el 24 de noviembre del 2012 porque le sobrevino una crisis de ansiedad "a consecuencia de la situación de violencia que sufría en casa", asegura la acusación pública. En noviembre del año siguiente, el 2013, se autorizó su ingreso en un centro de acogida.
El tribunal de la sección 22 de la Audiencia Provincial ha señalado para hoy el juicio, al que están llamados a declarar, además de los acusados, la víctima, tres personas más y una trabajadora social de Mútua. En sus conclusiones provisionales, el Ministerio Público considera que los hechos son constitutivos de un delito de maltrato habitual y de otro de abusos sexuales.
Del primero están acusados los dos, madre y padrastro, y la Fiscalía reclama para cada uno de ellos una pena de tres años de prisión, cinco años de alejamiento y otros cinco de inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad. Al hombre se le atribuye la autoría del delito de abusos sexuales, por el que debe responder, según la fiscal, con una pena de dos años y seis meses de prisión y cuatro años de alejamiento. El padrastro actuó "con ánimo libidinoso" y para cometer los hechos se prevalió "de su superior posición sobre la menor al arrogarse las funciones de cuidado y educación" de la niña.