Terrassa

Alfredo Vega es elegido alcalde al no fructificar el pacto del cambio 

El socialista Alfredo Vega fue proclamado ayer alcalde de Terrassa como representante de la lista más votada en las pasadas elecciones municipales de 2015, después de que ninguno de los candidatos obtuviese mayoría absoluta (14 de 27 concejales) en primera ronda. El que ya es el cuarto alcalde de la ciudad en democracia, todo ellos del PSC, accede al cargo tras la dimisión, el pasado día 2, de Jordi Ballart. Prometió ejercer su nueva función desde la “responsabilidad” y con la “mano tendida” a los otros seis grupos municipales, con los que necesariamente tendrá que llegar a acuerdos para sacar adelante los proyectos de un gobierno en clara minoría, con solo nueve concejales.

Las negociaciones de las últimas dos semanas y, especialmente la larga mañana de reuniones de ayer entre TeC, ERC, PDeCAT y CUP, fracasaron estrepitosamente. Las llamadas formaciones del cambio no fueron capaces de ponerse de acuerdo para construir un gobierno alternativo al PSC. Su falta de consenso facilitó la investidura de Vega, que de acuerdo con la ley fue nombrado alcalde antes de las ocho de la tarde de ayer al liderar la lista más votada en los comicios.

Los votos de 2015
Por su “consciencia y honor”, el socialista prometió cumplir con las obligaciones del cargo y recibió así la vara de alcalde y la barana (la medalla que lo distingue como primera autoridad de la ciudad). Vega quiso reivindicar que no es alcalde por demérito de otros, sino porque en 2015 “una clara mayoría” de egarenses apoyó al PSC. “No hay mejor legitimidad que el voto democrático”, dijo. El primer edil prometió comandar un proyecto “de progreso, abierto al diálogo y de pacto con quien quiera poner por delante de todo los intereses de la ciudad”. La principal “prioridad” será “gobernar para Terrassa, pensando en Terrassa y al servicio solo de Terrassa”, aunque “sin ser indiferente a los problemas” de Catalunya y España.

“Diálogo y colaboración”
Consciente de las dificultades para gobernar un Ayuntamiento de 27 ediles con solo nueve concejales (seis de ellos nuevos en el pleno tras la dimisión de Ballart y la anunciada renuncia de otros cinco ediles), Vega hizo un “llamamiento” a la “responsabilidad”, el “diálogo”, la “colaboración” de todos y a “rebajar la tensión y fortalecer la convivencia”. En su discurso como candidato, el socialista aseguró que Terrassa necesita un “gobierno serio”, en lugar de “aventuras, incertidumbre y experimentos” y reivindicó la “transformación” de la ciudad “liderada” por el PSC en todos estos años de democracia. En el “paréntesis” que ayer se cerró, abierto por la “excepcionalidad” de las dimisiones en bloque en el grupo socialista, el ya alcalde agradeció el trabajo realizado por los trabajadores del Ayuntamiento, que han hecho posible el “normal funcionamiento” en unos días “convulsos”.

No fue un pleno de grandes expresiones de alegría y sí de muchos reproches, los que se cruzaron los partidos del bloque que buscaba el cambio (TeC, ERC, PDeCAT y CUP). El primero en intervenir fue Xavier Matilla, como candidato de la alternativa al PSC. El edil sólo contó con 11 votos (los seis de su grupo, cuatro de ERC y uno de la CUP), que aunque más que los obtenidos por el candidato del PSC (nueve) fueron insuficientes para ser proclamado alcalde ante la falta de mayoría absoluta (14 votos). Matilla cargó en su discurso contra Miquel Sàmper, del PDeCAT, con el que se estuvo negociando hasta última hora, al que culpa de impedir el cambio. “Pasarán a la historia como el grupo que impidió el cambio dos veces en un mandato”, en 2015 al pactar con el PSC y ahora, les espetó a los tres ediles del PDeCAT, cuyo apoyo era necesario para hacerle alcalde. Matilla que volvió a reivindicar la idoneidad de su propuesta de gobierno de concentración, que ningún grupo apoyó, acusó finalmente a Sàmper de impedir el gobierno a dos (TeC y ERC) respaldado por la CUP que él pretendía liderar. “Con su decisión harán alcalde a un socialista, cuando se comprometieron a no hacerlo”, afirmó.

La asamblea del PDeCAT
Los tres ediles del PDeCAT se decantaron finalmente por votar a su propio candidato, Miquel Sàmper, “siguiendo el mandato de la asamblea”. El alcaldable aseguró que “se ha intentado” llegar a un acuerdo con TeC para favorecer el cambio, pero “no ha sido posible”. El edil aseguró que la militancia “y no los tres concejales” del PDeCAT es la que ha considerado un obstáculo “insalvable” otorgar la alcaldía a TeC sin estar dentro de ese gobierno del cambio. El edil acusó a los comunes de mantenerse en los “apriorismos ideológicos” para rechazar su inclusión en el ejecutivo y así hacer un “frente común en defensa de las instituciones de Catalunya, la democracia y la libertad de los presos políticos”. Al final de su discurso dejó la puerta abierta a que estos 14 ediles que no han sido “capaces” de ponerse ahora de acuerdo lo hagan a lo largo de los 18 meses que quedan de mandato a través de “otros mecanismo”, insinuando una moción de censura.

Sin concesiones, y visiblemente molesto, Isaac Albert (ERC) dio un portazo a esa posibilidad. “Por nosotros, lo de hoy (por ayer) es definitivo”, a no ser, bromeó, que a Vega también le dé por romper el carnet del PSC. Para el republicano, el escenario que se abrió tras la dimisión de Ballart y de otros cinco ediles socialistas, era “la oportunidad de las oportunidades” para expulsar al PSC de la alcaldía. Albert también culpó al PDeCAT de que no haya fructificado el gobierno del cambio. “Será alcalde gracias al socio con el que rompió hace unos días”, le dijo a Vega. A Sàmper directamente también le afeó las alusiones a los ánimos que hay en la agrupación debido al encarcelamiento de Josep Rull y el exilio de Lluís Puig. “Utilizar a los presos para justificar una decisión política no es nuestro estilo”, remarcó.

El republicano no dudó del compromiso del nuevo alcalde, pero “representa unas siglas que ya no representan a esta ciudad”, le dijo y cargó contra el PSC por su apoyo a la aplicación del 155.

Maria Sirvent, líder de la CUP, fue crítica con TeC y PDeCAT por mantener posturas irreconciliables. “La ciudad no lo entenderá”, dijo. El cambio no ha sido posible debido a la irresponsabilidad y la incapacidad de determinados partidos que aspiran a gobernar esta ciudad, pero que están más preocupados de cubrir una estrategia electoralista que no de los intereses de la ciudad”.

El portavoz de C’s, Javier González, justificó la abstención de su grupo en la votación de la investidura porque “rechazamos cualquier alternativa que tenga el aval de los partidos independentistas”, a los que acusó de “propiciar” el traslado de empresas fuera Catalunya. González extendió la mano al PSC para que “trabaje por la ciudad”, aunque desconfió de que en este año y medio, con un gobierno de nueve ediles, puedan llevarse a cabo políticas transformadoras.

El popular Álex Rodríguez tampoco votó por ninguno de los candidatos a alcalde, aunque consideró que el PSC, como lista más votada, es el partido que debe gobernar la ciudad. “En la oposición hace frío, lo sé muy bien, pero no todo vale para arrancar al PSC del gobierno”, criticó, justo después de acusar al bloque del cambio de buscar un pacto que sería un “Frankenstein”.

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