Los partidos del cambio -TeC, ERC-MES, PDeCAT y CUP- se han citado esta mañana a primera hora para explorar in extremis un acuerdo a cuatro que permita desalojar del gobierno de la ciudad al PSC y proclamar un alcalde alternativo. Las formaciones celebraron ayer por la tarde una reunión "cordial" de la que solo trascendió que, a la salida, "todos los escenarios siguen abiertos".
Al cierre de nuestra edición, tanto PDeCAT como TeC consultaban a sus militancias la posición que adoptarán en la recta final de la negociación. El pleno de investidura está convocado hoy a las seis de la tarde y cabe la posibilidad de que las negociaciones se prolonguen hasta minutos antes de iniciarse la sesión.
En este momento, los escollos para que la oposición sume los 14 votos necesarios para proclamar nuevo alcalde en primera vuelta siguen siendo dos: La condición de Terrassa en Comú de dejar al PDeCAT fuera del gobierno y la resistencia de los soberanistas a apoyar el cambio y seguir en la oposición.
Si ninguno de los dos cede y el pacto a cuatro fracasa, el pleno de esta tarde proclamará alcalde al socialista Alfredo Vega. El reglamento municipal prevé que si ningún candidato obtiene mayoría absoluta en primera vuelta (14 votos), la alcaldía será para la formación más concejales, el PSC con 9 en un pleno de 27.
A última hora de ayer, tras la reunión a cuatro, las posiciones no se habían movido y, en consecuencia, la propuesta de un pacto TeC, ERC-MES, PDeCAT y la CUP seguía sobre la mesa.
Bloque soberanista
A mediodía, el PDeCAT maniobró ayer proponiendo una nueva alternativa para dar visibilidad al bloque soberanista, pero la fórmula no se llegó a incorporar a la negociación de la tarde.
El PDeCAT planteó la posibilidad de hacer un frente independentista en el pleno de esta tarde. El líder de la formación, Miquel Sàmper, pretende que este bloque presente candidatura a la investidura del nuevo alcalde, de forma que la alternativa al PSC no esté liderada por TeC y, además, obligar a los comunes a posicionarse a favor o no del llamado gobierno del cambio, pero con otro candidato como aspirante a alcalde.
Sàmper aseguró que para su formación es "indiferente" quien sea el alcaldable de este "bloque soberanista", él mismo, Isaac Albert (ERC) o Maria Sirvent (CUP), pero que es conveniente que se visualice el poder de estas tres formaciones. "Lo que ha provocado que se rompa el pacto con el PSC es el proceso político que se vive en Catalunya, por tanto hay que poner en valor la importancia de tener ocho concejales del bloque soberanista", explicó.
"La mayoría dentro del frente que puede provocar el cambio somos soberanistas", recordó. Además de sumar dos ediles más que los seis de TeC, prosiguió, son ocho ediles que han sido "muy generosos" al "entender desde el primer momento que la segunda fuerza del Ayuntamiento es TeC y en ella debía recaer la alcaldía".
Sàmper trataba ayer con su propuesta restar presión a su grupo y ponerla sobre los comunes. "La responsabilidad del cambio no es solo nuestra; es de 14 concejales y nosotros solo tenemos tres", subrayó en rueda de prensa. El portavoz considera justo reivindicar la candidatura del bloque independentista "por respeto a las personas a favor del ‘procés’, a los votantes de las formaciones de Junts pel Sí y la CUP en las elecciones del 27 de septiembre de 2015 y a los que fueron a votar el 1 de octubre".
Según explicó, ésa es la "alternativa" al "callejón sin salida" en el que están las negociaciones entre los cuatro partidos (TeC, ERC, PDeCAT y CUP), por la negativa de los comunes a dar cabida a los neoconvergentes en el gobierno y la reticencia de estos últimos a facilitar la alcaldía a Matilla, quedándose en la oposición.
Sàmper insistió en que la candidatura independentista es su segunda opción. La primera, dijo, sigue siendo "un gobierno de 14 concejales" formado por estas cuatro fuerzas que haga de "frente común" contra el rechazo al 155, la exigencia de libertad para los "presos políticos" y que deje a un lado "apriorismos ideológicos durante" los 18 meses que quedan de mandato.
Aunque la candidatura independentista no estaría mal vista por ERC, tampoco cuenta con el aplauso de los republicanos. Éstos son conscientes de que "no conduciría a ningún sitio" ya que sólo suma ocho concejales y "se necesitan 14 para la investidura y 14 para gobernar", sea desde dentro o desde fuera, señala Isaac Albert, líder de ERC.
Si finalmente no hay pacto entre las fuerzas del cambio, ERC no descartaba ayer presentar candidato a alcalde para escenificar así que la alternativa de gobierno a la que aspiraban junto a TeC no ha sido capaz de propiciar el cambio. No se trata de romper relaciones con los comunes, matiza Albert, con los que en muchas ocasiones han ido de la mano en la oposición, sino de "visualizar que el pacto que alcanzamos en 2015 y hemos ido madurando este mandato no sirve, habrá que rehacerlo, pero ya de cara a 2019".
No al cambio por el cambio
El PDeCAT insistía ayer en que la militancia es la que debe decidir si el partido se aviene a investir alcalde a Matilla y quedarse en la oposición, como le reclama TeC. A última hora, el portavoz no descartó que las bases, en lugar de fijar una posición cerrada, "nos den cierto margen de maniobra para negociar hasta última hora".
Sàmper apuntó que la formación no tiene especial interés en que cambie el gobierno por el hecho de cambiar sus políticas ya que ellos comparten esos proyectos porque han formado parte de ese ejecutivo hasta el pasado 30 de octubre. "El cambio es indispensable cuando las cosas van muy mal, pero no es el caso. Para nosotros, el cambio no pesa tanto", aseguró. El líder del PDeCAT explicó que su exigencia de estar en el gobierno alternativo "no es por sillas o sueldo, sino porque es la manera de incidir en las políticas que se lleven a cabo".