Terrassa

La Filmoteca recupera el western más popular de todos los tiempos

Esta noche la Filmoteca recupera "La diligencia" (1939), el western más famoso e imitado de toda la historia del cine. Ganó dos Oscar, el premio de la Crítica de Nueva York y desde 1995 figura en el catálogo de clásicos a preservar para la posteridad. "La diligencia" fue el primer western sonoro de John Ford y también el primero que rodó en Monument Valley (Arizona), que se convertiría en uno de los escenarios esenciales de su cine.

La película se basa en el cuento "Stage to Lordsburg" (1937) de Ernest Haycox. Ambientada en el "salvaje Oeste" en 1884, cuenta el azaroso viaje en diligencia de un variopinto grupo de personas a través de un territorio hostil. Los personajes van más allá de los estereotipos porque su psicología es compleja. Ese fue uno de los aspectos que, en su momento, distinguieron al film de otras muestras anteriores del género pero además la precisa realización de Ford, la fotografía con su juego de contrastes, los escenarios naturales y el magnífico ritmo marcaron un punto y aparte en la historia del western.

La secuencia más recordada es la de la persecución de la diligencia por los indios -Ford contrató a trescientos figurantes navajos-, en la que se alternan los travellings con los planos del interior del vehículo.

Curiosidades
Thomas Mitchell ganó el Oscar como secundario por su papel de médico borracho. Curiosamente, Mitchell era un ex-alcohólico que llevaba dos años sin beber. El otro Oscar de la película (de un total de siete "nominaciones") fue para la banda sonora, que adaptaba las melodías de diecisiete canciones populares americanas.

Si bien el protagonismo era coral, fue John Wayne quien se convirtió en una estrella a raíz del estreno. Wayne cobró menos que los demás (Claire Trevor, John Carradine, Thomas Mitchell, Louise Platt), que por aquel entonces eran más conocidos, pero se llevó de recuerdo el sombrero de su personaje, que lució en docenas de películas hasta 1959, así como una copia del film. Es precisamente gracias a esta copia privada que conservaba el actor en su casa que la película puede seguirse exhibiendo puesto que el negativo original se quemó accidentalmente hace décadas.

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