Terrassa

ERC se ofrece a TeC, PDeCAT y CUP para liderar el cambio

La ruptura, el lunes, del pacto de gobierno que desde el 31 de julio de 2015 mantenían el PSC y el PDeCAT ha abierto un abanico de posibilidades de cara a la gobernabilidad de Terrassa. Las fichas parecen haber vuelto a la casilla de salida, aunque en Catalunya y en Terrassa muchas cosas han cambiado en estos dos años y medio como para que los partidos mantengan intactas las estrategias de entonces.

La primera de las consecuencias del recorrido que ha hecho la política local y nacional afecta a la alternativa de gobierno que en 2015 quisieron fraguar ERC, TeC y la CUP, pero que finalmente rechazó un socio imprescindible como era el PDeCAT, que se decantó por los socialistas. Hoy, el más firme defensor de volver a intentar esta alianza para desbancar al PSC es ERC, que ayer dio un golpe de efecto y se ofreció para "liderar un presente de cambio para construir el futuro". Isaac Albert, portavoz de ERC-MES, compareció para dar por "amortizado" al PSC, a sus políticas y a su proyecto de ciudad y de país. "No tenemos nada que hacer con quien defiende el artículo 155 y se manifiesta al lado de C’s, Sociedad Civil y La Falange", remarcó.

En un duro discurso, Albert aseguró que el PSC actual "no representa los valores de ciudad progresista, antifascista, republicana y radicalmente democrática" que están en el ADN de Terrassa. "El alcalde, Jordi Ballart, ligando su futuro al 155, no merece ser el alcalde de esta ciudad", sentenció.

El grupo municipal está convencido de que puede y debe jugar un papel esencial en el futuro inmediato de Terrassa: "Tenemos la sensación de que ha llegado nuestro momento", dijo Albert, aunque para materializar esta percepción necesitan a aliados tan dispares como PDeCAT y TeC, además de a la CUP. Entre estos cuatro partidos suman mayoría absoluta, es decir, 14 ediles, los necesarios para desbancar a Ballart de la alcaldía. El edil republicano reiteró que, al igual que en 2015, sigue habiendo "una mayoría de concejales y votos a favor del cambio" y formuló un "llamamiento claro" a los partidos que entonces se presentaron a las elecciones con un mensaje de cambio para Terrassa. Aludió explícitamente a TeC y a PDeCAT, dos partidos que se "autoalimentan en exceso en sus posicionamientos", para que entiendan que "no está en juego el futuro partidista de cada uno, sino el futuro de Terrassa". A TeC le pidió la "generosidad que le faltó en 2015" y al PDeCAT, "responsabilidad" para "entender cuál debe ser su papel".

¿14 votos para un gobierno de 11?
Sobre esto último y, sabiendo las dificultades de un pacto que una a PDeCAT y a TeC, Albert señaló que "es evidente que se necesitan 14 concejales para una moción de censura, pero eso no quiere decir que el gobierno local sea un gobierno de 14". De hecho, recordó, el Ejecutivo de PSC y PDeCAT era en minoría porque solo contaba con 12 concejales (9 del PSC y 3 del PDeCAT). Albert no escondió la "complejidad de los números", pero volvió a realizar un ruego "a todos los actores para que entiendan que son necesarios para que se produzca este cambio". Una alternativa que podría fraguarse en forma de moción de censura a Ballart o a través de "pactos puntuales" en el pleno, dijo el republicano, para añadir que es posible materializarla ya, aunque no le preocupa si es "inmediata" o en 2019, pero sí es importante saber "si se está dispuesto".

Este pacto a cuatro bandas para expulsar a Ballart, y con ello al PSC, de la alcaldía, cuenta, a priori, con la reticencia de Miquel Sàmper, líder del PDeCAT. "No me lo planteo como un escenario factible, no es algo que contemple", señala el hasta el lunes teniente de alcalde en el gobierno con el PSC. Sàmper considera una "humillación" que no está dispuesto a tolerar -como tampoco hizo en 2015- que requieran sus votos para después dejarle en la oposición. No es tolerable "por respeto" al partido y a los militantes. "Si se vuelven a repetir los apriorismos de 2015, con nosotros que no cuentan. Difícilmente aceptaremos un cambio en el que se nos vuelva a excluir", subraya.

El otro de los aludidos por ERC, el grupo municipal de TeC, no esconde las dificultades de pactar con PDeCAT. "No veo que podamos alcanzar un pacto de gobierno con el PDeCAT después de lo ocurrido el viernes en el Parlament y tras constatar las visiones tan diferentes que tenemos de la ciudad. Nada es imposible, pero esto sería muy difícil", apunta Xavier Matilla, portavoz de TeC.

Matilla es consciente, pues, de la "complicada" aritmética para desbancar al PSC de la alcaldía. Los 14 ediles que se requieren, hoy por hoy supondría la suma de cuatro grupos municipales tan diversos como TeC (6 ediles), ERC (4), PDeCAT (3) y CUP (1).

Ahora bien, TeC no está dispuesta a iniciar conversaciones con los socialistas si antes el alcalde, Jordi Ballart, no cumple con "lo prometido". "Es una cuestión imprescindible para empezar a hablar que el alcalde deje el PSC", señala. Cosa distinta es que abandone la alcaldía, algo que Matilla y otros líderes de la oposición creen que sería contraproducente para Terrassa. Pero "si Ballart quiere seguir teniendo un papel destacado en la política municipal debe abandonar el PSC porque su partido ha apoyado la política represiva del Gobierno en Catalunya". Es una cuestión de "coherencia" y que daría "credibilidad" al primer edil, considera.

Sea con quien sea y, sobre todo, ya sea desde dentro del gobierno o desde fuera (que nada es descartable para los comunes), otra de las condiciones de Matilla es "volver a poner la ciudad encima de la mesa". El contexto nacional es "importante", pero "hay que recuperar la agenda de la ciudad". No solo retomar temas importantes como el agua o los vinculados al planeamiento urbanístico para "salvar los muebles", sino "hacer avanzar la ciudad". TeC, insiste, será "muy exigente".

La CUP esperará
La CUP, el cuarto partido llamado a tener protagonismo en este posible gobierno del cambio, es prudente: "No mantendremos un papel activo en la conformación de nuevas alternativas. Cuando se pongan sobre la mesa las discutiremos en asamblea y decidiremos", señala Maria Sirvent, quien recuerda que en 2015 su formación llegó a "acuerdos programáticos con ERC y TeC" para formar parte de un gobierno donde "el PDeCAT quedaba fuera" del mismo.

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