Terrassa

Inquietud vecinal en el Centre por la ocupación de un edificio

Un desasosiego les recorre la espina dorsal: temen que las tensiones provocadas por un clan de "ocupas" en la Rambla de Sant Nebridi las sufran ahora ellos. Vecinos del Centre andan pesarosos porque se les venga encima algo similar, pues días atrás un grupo de personas ocupó ilegalmente un edificio de la calle de Joaquim de Paz. Fue justo el día en que los "ocupas" de la Rambla de Sant Nebridi se marcharon tras los requerimientos municipales.

"Tememos que los problemas hayan acabado en un sitio para empezar en otro, que el conflicto sólo se haya mudado de lugar", dice una vecina. Residentes en la zona aseguran que los ocupantes del inmueble son los mismos que meses atrás estaban en las mismas condiciones algo más arriba, a unos metros, en una casa de la calle de la Societat. Y esos mismos fueron los que en junio pasado hicieron suyo un local en los bajos de un bloque de pisos de la Rambla de Sant Nebridi y han llevado de cabeza al vecindario con trifulcas, amenazas, insultos, robos y suciedad. El jueves de la semana pasada se fueron y el Ayuntamiento tapió el local.

Fuentes del Consistorio afirman que los "ocupas" de la calle de Joaquim de Paz no son quienes protagonizaron el suplicio del vecindario en la Rambla del Cementiri Vell. No se descarta, empero, que unos y otros estén unidos por vínculos familiares y que algunos de ellos sí pasasen con asiduidad por el local ahora desalojado. Sea como fuere, las primeras actitudes de los "ocupas" de la calle de Joaquim de Paz han activado las alarmas en la zona.

Entraron a las bravas el jueves de la semana pasada, por la tarde, con el expeditivo método habitual: "Patada en la puerta", dice un vecino. Y la puerta de entrada presenta signos de forzamiento. Lo que ha escamado al vecindario ha sido el nexo de los ocupantes con los que causaron los desmanes en Sant Nebridi y las primeras incidencias: uno lanza un beso a una vecina, otro parece dedicarse a espiar el resto de casas y algunos menores escupen a los transeúntes desde las ventanas, afirman vecinos.

¿Y si eso no se queda ahí, habida cuenta de los antecedentes?, se preguntan los afectados, que empiezan a acumular inquietud. "No queremos permitir que la situación vaya a más y que nos pase lo que les pasó a muchas personas en la Rambla de Sant Nebridi", expone una habitante del sector.

El edificio ocupado es espacioso. Esquinero, ubicado en la intersección de la calle de Joaquim de Paz con la de García Humet, está estructurado en planta baja y dos superiores. La ropa tendida, sobre todo de niños, cuelga en una suerte de patio interior. Se observa desde la calle. Al parecer, hasta la llegada de estos nuevos moradores la finca estaba inhabitada, pero cerrada y en buen estado general, según residentes en el sector. Es propiedad de una mujer que vive en otra localidad. Los "ocupas" habían habitado en los primeros días la primera y la segunda planta. Hace un par de fechas también se vio actividad, y luces encendidas, en la planta baja.

La Policía Municipal tardó poco en reaccionar. Ya visitó a los "ocupas" el mismo jueves de su entrada, tras saber de los hechos por unos testigos. Y varios agentes han vuelto por allí en los últimos días, a horas diversas. En Cementiri Vell se había intensificado la presencia policial en las semanas previas al desalojo y el frecuente paso de agentes pareció rebajar las cuitas vecinales y meter en cintura, algo, a los individuos conflictivos.

El Ayuntamiento asegura que ha llevado a cabo gestiones con la propietaria del inmueble motivo de atención ahora en el Centre para informarle de lo ocurrido e instarle a que presente la denuncia correspondiente por la usurpación del edificio. Al cierre de esta edición no constaba que hubiese interpuesto ninguna acción judicial.

Muchos vecinos seguían temerosos ayer, aunque reconocían que los ánimos están calmados y los problemas de convivencia no se han disparado. Los afectados mantienen relación directa con el Consistorio, y el alcalde, Jordi Ballart, también se ha interesado por el asunto. "De momento, la situación parece controlada. De momento", señaló ayer una vecina.

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