El martirio sufrido por decenas de vecinos de la calle Transversal, asediados por la insufrible suciedad de un bloque "ocupado", parece tocar a su fin. El Ayuntamiento ha limpiado y desratizado el edificio, en el Torrent d’en Pere Parres.
Lo hizo la semana pasada, según el vecindario damnificado. El sábado, unos operarios terminaron de tapiar la puerta principal de entrada al inmueble. También cerraron el paso con tapias a una ventana trasera y clausuraron otros accesos a la finca. El dueño había autorizado al Consistorio que entrase en su propiedad para limpiarla.
Nada tiene que ver ya aquel patio y aquellos balcones con estos. Hasta hace pocas fechas la basura de todo tipo, incluidos los excrementos de perros, alfombraban los voladizos del edificio y carcomían la paciencia del vecindario, agobiado por los malos olores, los insectos y los roedores. Pero lo peor estaba dentro: una acumulación de desechos difícil de creer.
Peleas
A los efectos de las inmundicias se unieron los gritos, las peleas, que se registraban en aquel inmueble con dos viviendas: un dúplex y un tríplex. El edificio se construyó hace unos ocho años. Alguien lo habitó, se marchó, y llegaron unas prostitutas que convirtieron aquello en un burdel donde además, según vecinos, se traficaba con drogas. Después una institución pública lo alquiló y puso allí una residencia para menores con problemas. Hace un par de años y medio aquella entidad pública se fue.
Llegaron los "ocupas". Primero varias familias. Luego, una pareja conflictiva a la que de vez en cuando se sumaba otro individuo no menos problemático. Se sucedían las refriegas y se acumulaban los despedicios. Montañas de ellos.
El Ayuntamiento realizó varias inspecciones y denunció a los "ocupas" por la suciedad y por no tener censados a sus perros. En julio se fueron los "ocupas", pero dejaron allí su vertedero particular.