Las consecuencias del proceso de independencia parecen cebarse con el PSC. Hay quien, como ERC, creen que son los propios socialistas egarenses los que con la gestión de este asunto se están echando encima toda la presión, pero consideran que los verdaderamente interpelados por el sector independentista deberían ser los ediles del PDeCAT.
Es "increíble y vergonzoso que el PDeCAT esté esperando a ver qué hace el alcalde, Jordi Ballart," para abandonar el gobierno local. Son palabras del republicano Isaac Albert. La presión "no sólo debería tenerla Ballart". De hecho, Albert está convencido de que el primer edil advirtió sobre su posible dimisión "en un momento de calentón" y que "nadie se la habría pedido si él no hubiese dicho nada". El PSC, y concretamente el alcalde, es federalista, por lo que su postura en el conflicto entre Catalunya y el resto de España está clara. "La verdadera presión sobre lo que está sucediendo en el país la tiene el PDeCAT", considera Albert, quien cree que la relación entre ambos partidos es "de pura subsistencia".
Cada vez son más numerosas e intensas las voces que como el republicano piden romper ya el pacto de gobierno, avalado durante todo este tiempo no sólo por los dirigentes locales del PDeCAT, sino también por la dirección del partido.
El caso Terrassa
El propio Miquel Sàmper, líder de los neoconvergentes en Terrassa, admitía esta semana que arrecian las reticencias entre los militantes a mantener una alianza que ya costó de explicar en su momento. Sin embargo, él personalmente trata de resaltar cada vez que tiene ocasión que aquí el PSC, especialmente el alcalde, ha mantenido un actitud de colaboración con el referéndum del 1-O y de implicación en las movilizaciones contrarias a la acciones del Gobierno en Catalunya.
