Hay en París una dramaturga, Yasmina Reza, que hace tiempo que triunfa en los escenarios de todo el mundo con "Arte". Aquí, en Catalunya, vimos esta obra a iniciativa de Josep Maria Flotats, Josep Maria Pou y Carlos Hipólito. Fue en 1999 -hace dieciocho años- pero muchos de los que asistimos aún la tenemos presente. ¿Por qué? Por su dramaturgia. Por la habilidad que demuestra Reza para construir, a partir de una simple anécdota, un relato sobre la amistad. Aquel trío de lujo realizó su versión en castellano. Faltaba la catalana. Miquel Gorriz y Pere Arquillué, ambos de Terrassa, tomaron la iniciativa y encargaron la traducción a Jordi Galceran, también director y dramaturgo. Y en paralelo completaron el reparto con Francesc Orella y Lluís Villanueva.
El estreno, en el Teatre Goya de Barcelona, fue magnífico y a día de hoy han superado ya las doscientas funciones. El nuevo trío de ases, bajo la batuta de Gorriz, está ahora de gira y el sábado desembarcó en el Teatre Principal con una doble función (este diario presenció la de las seis de la tarde) y con las localidades casi agotadas.
La obra funcionó con la precisión de un reloj y los tres actores, con muchas tablas, defendieron la pieza y su rol con mucha energía y complicidad. Y cabe destacar especialmente el trabajo de Arquillué, quien su personaje cuenta con un mayor protagonismo y más cambios de registro. El relato parte, como decíamos, de un pequeño acontecimiento. Sergi (Villanueva), médico, acaba de comprar un cuadro y lo enseña a sus amigos Marc (Orella), ingeniero, e Ivan (Arquillué), representante comercial. La reacción es, al principio, contenida pero después ya no, máxime cuando ven que la obra es un lienzo blanco valorada en 200 mil euros. Marc es el primero en cuestionar la pintura y después lo hace Ivan.
Los tres amigos empiezan hablando de arte y acaban reflexionando sobre la vida en general. En el trayecto descubrimos que las relaciones que se estiman consolidadas (llevan quince años juntos) pueden volverse frágiles. Y también nos damos cuenta de las debilidades de cada uno y, en este sentido, Ivan es el que las muestra más. Su confesión, con una interpretación espléndida, acerca de lo que representa su boda inminente es un claro ejemplo de sus temores y flaquezas para afrontar un acontecimiento personal por el que debería sentirse feliz e ilusionado.
Sabor agridulce
"Art" es una comedia pero con sabor agridulce. La discusión sobre un cuadro no debería ir más allá de un comentario pero aquí, en esta obra, abre una brecha de calado. Reza, con ingenio, desarrolla una situación dónde la palabra, cómo se dice y en el tono que se dice, es importante, como también lo es el gesto. Y hay que prestar atención a ello porque un sí a medias no convence y puede dar pie a una serie de reproches de consecuencias inesperadas.
Los tres actores, de personalidad distinta, defienden la obra con gran maestría, se compenetran y se complementan. Arquillué, Orella y Villanueva se mueven con naturalidad en un traje a medida. Como en cualquier reunión de amigos hablan, se interpelan, se replican, se critican, se silencian…El cuadro de Sergi dice poco pero lo que provoca es mucho.