Terrassa

Carles Barba, toda una vida dedicada al cine documental

Tiene 94 años, y aunque su movilidad no es ya lo que era y el cine forma parte de su pasado, mantiene la lucidez y los recuerdos de aquellos años que pasó, cámara en mano, actuando como cronista de la sociedad. Desde los 50 a los 90, e incluso hasta bien entrado el siglo XXI, sus más de cuarenta documentales suponen todo un vestigio de personajes que ya no están y de escenas que ya no existen. Su mirada personal, mordaz y a menudo sarcástica, forman parte de un relato hilado a través de estampas en las que tienen cabida personajes de todo tipo, desde personajes de peso (o "encopetados", como los llama él) hasta los más humildes. Su cámara paseó por los barrios marginales, pero también por los eventos de los ricos. Para tomar esas imágenes echó mano de su perspicacia; en sus primeros tiempos logró filmar al mismísimo dictador Francisco Franco y al príncipe Juan Carlos, el futuro rey.

Las primeras veces que carles Barba comenzó a filmar fue cuando tenía poco más de 30 años, "ya tenía hijos y filmaba a las criaturas", explica a este diario. Su primera película tuvo como protagonista a su hija, cuando tenía 3 años: "Representaba que la hacían Miss España." La cinta se tituló "Mariel va para miss." la presentó en Televisión Española, y para su sorpresa, la emitieron.

Más tarde presentó otro de sus documentales, "Barcelona, Barcelona", al premio Ciutat de Barcelona, y no lo ganó. Esa cinta la había vuelto a montar ante las críticas de que era demasiado "recargada." La anécdota nos detiene ante la evidencia de que sus trabajos no sólo nacían de la filmación, sino también del montaje, largo y arduo, en 16 milímetros y con métodos rudimentarios. Si el revelado, que se hacía en el exterior, no salía bien, había que repetir todo el proceso, incluso volver a filmar. Pese a lo delicado del proceso nunca claudicó.

El Ciutat de Barcelona lo ganó dos veces, con "Aspectes i Personatges de Barcelona" (1964), que mañana se proyecta en la Filmoteca en el marco de un homenaje al cineasta, y "Primera Copa del Mundo Barcelona" (1971). El primero de estos trabajos "trata de todas las personas que hacían su vida en Barcelona y se morirían pronto", personajes como el Marqués de Sentmenat, Joan Perucho, Frederic Marés o el escultor Subirats, entre muchos otros.

Cientos de personajes
Fueron centenares, de hecho, los personajes a los que Barba retrató a lo largo de su trayectoria como cineasta amateur. Desde La Bella Dorita a escritores como Espinàs, Salisachs, Néstor Luján o Camilo José Cela. También estuvo en la mítica Bodega Bohemia, inmortalizando a Oh Gran Gilbert: "A muchos de estos personajes los fui a ver a su casa. Era joven y no me daba miedo. Entraba con mentiras; decía que venía de Televisión Española. Me dejaban entrar, y les filmaba trabajabajando. También charlábamos un rato."

De las cuarenta cintas que llegó a filmar, "sino hubiera hecho veinte o vinticinco no hubiera pasado nada, porque no me gustan. Y entre las restantes, sólo cuatro o cinco son buenas buenas", asegura.

Entre sus preferidas (que se pueden ver en Vimeo, y cuyos originales se guardan en el archivo de la Filmoteca de Catalunya en Terrassa) está "Paris, 23 Rue Jacob", rodada a mediados de los 70 en la capital francesa y en la que "me imagino a los personajes de una casa de pisos, todos ellos anticuarios, señores distinguidos o pendones, hay de todo." Asimismo escoge "Barcelona Show", en el que habla "de la trancisión al cambio, con un carácter humorístico", o "Barcelona, Barcelona", basada en aquellos que "las pasan ‘putas’, en los barrios bajos."

A Barba siempre le gustó hacer un cine de contrastes, entre (por ejemplo) los personajes del Raval o del barrio Chino o "los que lo pasan bomba en Sarrià." Con su tono burlón consigue darle un sello de autor, convirtiéndose en uno de los puntales del cine egarense junto con profesionales o amateurs como Font, Baca, Antoni Padrós o Antoni Verdaguer.

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