La temporada de danza del Centre Cultural Terrassa se ha inaugurado con Introdans, una compañía holandesa de altos vuelos a tenor del espectáculo en homenaje a Hans van Manen, que presenciamos el sábado por la noche. La formación, dirigida por Ton Wiggers, ofreció un recital de danza contemporánea de gran nivel artístico y técnico. tanto fue así que a buena parte del público le costaba retener sus emociones y estallaba en aplausos antes de que finalizara la obra. La compañía dedicó todo su programa, compuesto por tres piezas, a Hans van Manen, uno de los coreógrafos contemporáneos más relevantes del siglo XX y que destaca por su danza creativa, innovadora y personal.
Van Manen concibe la danza como un movimiento constante que evoluciona y se transforma y que construye composiciones, figuras. A veces, estas composiciones se estabilizan en cuestión de segundos como si se tratara de ofrecer una imagen, una fotografía fija, para retener en nuestra retina. Algo que, seguramente, viene influenciado porque Van Manen también es fotógrafo.
Esta forma de crear, de hacer, se apreció en las coreografías del gran maestro holandés que bailó Introdans y que fueron “Polish Pieces”, Ind and Out” y “Black cake”. De todas las interpretadas, “In and Out” fue la que respiró más singularidad. En esta obra, los bailarines (doce) entran y salen de una gran estructura con tres huecos que simulan como tres cajas o ventanas.
Los intérpretes se resguardan, se buscan, se separan, se escapan al exterior para regresar de nuevo. Fue una coreografía muy original que supo enlazar movimientos lentos y rápidos y transmitió mucho atrevimiento y sensualidad. La música elegida de Laurie Anderson (Estados Unidos) y Nina Hagen (Alemania) reforzó aún más el espíritu de libertad, de rebeldía, que parecía que pedían los bailarines atrapados en un espacio hostil.
Las otras dos obras también gustaron aunque no fueron tan sorpresivas como la citada. Las dos fueron muy festivas. La primera, “Polish pieces”, que abrió el repertorio, fue una pieza bastante coral con mucho movimiento, formas y colorido. La segunda, “Black cake”, que cerró el espectáculo, nos llegó como un divertimento. En esta última se recrea una fiesta en la que hay de todo un poco, conquistas, amores, desamores y también alguna copa de más, lo que permitió ver al colectivo en su conjunto y también algunos duetos por separado.
Introdans llenó el auditorio Alfons Vallhonrat y el respetable la ovacionó en varias ocasiones. Añadir también que valoramos que el Centre Cultural Terrassa haya apostado por abrir temporada con una compañía de danza contemporánea y moderna.