No estaba en sus cabales, al menos del todo, porque andaba ebrio de alcohol. Pero dijo lo que dijo y se convirtió en agresor aquella noche del año pasado en que protagonizó una trifulca a las puertas de una discoteca de Terrassa. Una sentencia ha condenado al denunciado por, entre otras cosas, gritar: "al negro le voy a pegar dos tiros y voy a quemar la discoteca".
La pena, ratificada por la Audiencia Provincial, es de siete meses de prisión por un delito de amenazas y de una multa de 180 euros por un delito leve de lesiones, si bien en ambas infracciones penales se aplica la circunstancia atenuante de embriaguez. El acusado debe pagar 150 euros de indemnización al vigilante al que agredió y amenazó aquella noche.
El mismo vigilante contó en el juicio la retahíla de imprecaciones de que fue objeto. Explicó que el acusado le espetó "te voy a matar, te voy a pegar dos tiros" y "te voy a quemar". Pero no sólo el portero vio y oyó. También unos policías, testigos presenciales, que observaron incluso que el procesado portaba un cuchillo y amenazó a la víctima con dispararle, y dijo que iba a prender fuego al establecimiento. El acusado no expuso ningún relato de descargo. Dijo no recordar nada de lo ocurrido.