Terrassa

El Vallès es la segunda comarca más atractiva

La comarca del Vallès Occidental concita el interés del resto de regiones de Catalunya como lugar de residencia. De hecho, es la segunda, tras el Maresme, que más flujos migratorios recibe procedentes del interior de Catalunya. Terrassa, como cocapital, es una de las localidades que asume gran parte de este éxodo: recibe 5.201 vecinos nuevos de otras localidades catalanas, frente a los 4.813 que expulsa.

Los datos los acaba de aportar el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) en un informe que resume los movimientos migratorios durante 2016 y que pone de manifiesto que hubo 230.171 cambios de residencia entre municipios de Catalunya, lo que representa una disminución del 5,8% respecto al año 2015.

Según el Idescat, más de la mitad, concretamente el 56,5%, de estos movimientos internos en Catalunya son intercomarcales y no sólo se producen en unas cuantas comarcas, sino que es un fenómeno mayoritario ya que estos flujos dan un saldo migratorio de signo positivo en 23 comarcas y en Aran.

Las zonas que presentan más capacidad de atracción para estos cambios de residencia procedentes de municipios de otras comarcas son el Maresme, con 2.037 movimientos, seguida por el Vallès Occidental, con un saldo migratorio entre comarcas positivo de 1.206 personas. Tras estas dos regiones, está el Baix Llobregat (1.125) y el Vallès Oriental (1.106).

Saldo positivo global
Los datos recopilados por el Idescat muestran que en el Vallès Occidental se instalan 14.560 vecinos procedentes de otras comarcas catalanas y que se envió fuera de la comarca a 13.354 personas. Respecto a los movimientos con el resto de España, se recibieron a 5.088 inmigrantes y se expulsó a 4.534 vecinos, por lo que el saldo migratorio a este nivel fue también positivo, de 554 personas. Por último, la comarca sigue siendo atractiva para aquellos que se instalan en Catalunya llegados de otros países. El saldo migratorio con el extranjero fue de 3.720 personas en un contexto en el que se reciben a muchas más personas de las que se envía al exterior: en 2016 llegaron 10.634 inmigrantes extranjeros y se marcharon a otros países 6.914 vallesanos. En conjunto, el saldo migratorio total fue de 5.480 nuevos residentes, el más elevado después del registrado en el Barcelonès.

Terrassa es una de las localidades del Vallès Occidental que protagoniza gran parte de estos flujos entre comarcas. Concretamente, cuenta con un saldo migratorio positivo de 388 personas ya que recibe a 5.201 vecinos llegados de municipios de otras comarca y expulsa a 4.813 a algunas de esta regiones. La cifra de emigrantes hacia otras comarcas es la más baja de los once últimos años, excepto en 2008, cuando el dato fue ligeramente inferior al del año pasado. Atendiendo a lo recopilado por Idescat, especialmente desde 2009, año en que los efectos de la crisis (en forma de paro y pinchazo de la burbuja inmobiliaria) eran ya muy evidentes, la media de emigraciones hacia otras comarcas superaba las cinco mil cada año. La llegada de nuevos vecinos también era ligeramente mayor, pero esta huida hacia otras localidades dejó saldos migratorios más bajos, aunque han continuado siendo positivos durante toda la década.

Dos años repuntando
El saldo migratorio en todos los niveles analizados es positivo en Terrassa. Durante el año pasado, llegaron a la ciudad 1.401 personas desde otros rincones de España, pero fuera de Catalunya, y marcharon 1.147 vecinos, lo que da un saldo de 254 personas. Los flujos con el extranjero también arrojan datos positivos: entraron 2.620 residentes desde otros países y se marcharon fuera de nuestra fronteras 1.854 egarenses. En conjunto (sumando la migraciones con Catalunya, el resto de España y el extranjero), el saldo migratorio en Terrassa es de 1.408 personas. Es el segundo dato positivo de forma consecutiva. No siempre ha sido así en los últimos años. En 2012, 2013 y 2014 se registraron saldos migratorios negativos de (-905, -491 y -450 personas) debido a que fueron más los terrassenses que se marchaban al extranjero (muchos han sido extranjeros de origen que volvían a sus ciudades o se marchaban a otros países con mejores oportunidades laborales) que los que llegaban. Esta serie trienal es excepcional ya que Terrassa ha sido en las últimas décadas una ciudad de acogida de inmigrantes llegados de todos los rincones y eran muy pocos los vecinos que marchaban a vivir fuera.

Volviendo al prisma comarcal, de las 18 comarcas que registran saldos negativos, el Barcelonès destaca por presentar el mayor saldo de este signo entre las migraciones intercomarcales, con una pérdida de 7.627 salidas netas (la diferencia entre emigraciones e inmigraciones) hacia el resto de Catalunya. El mayor flujo emigratorio se localiza en el Barcelonès, con 36.433 vecinos que marchan a otras comarcas de Catalunya, principalmente a las limítrofes: el 26,2% se va al Baix Llobregat y el 20,1% lo hace al Vallès Occidental. Otro 14,3% se instala en el Maresme y un 9,5% sitúa su lugar de residencia en el Vallès Oriental.

Por municipios, destaca Barcelona como el que más residentes expulsa hacia la periferia metropolitana, con un saldo negativo de 7.053 personas. Hay otro grupo de municipios que destaca también por ser emisor neto de migración hacia el resto de municipios catalanes, son las localidades pequeñas, aquellas que no llegan a los dos mil habitantes, que tuvieron un saldo negativo de 637 personas.

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