El paro general convocado en toda Catalunya contra la represión de Policía Nacional y Guardia Civil durante el referéndum del 1-O movilizó ayer a la ciudadanía de Terrassa en una jornada sin precedentes. Miles de personas se echaron a la calle para protestar contra las agresiones, exigir la marcha de los cuerpos de seguridad estatales y reivindicar una vez más el derecho de la ciudadanía catalana a decidir su futuro.
Por la mañana, una manifestación cortó la C-58 y recorrió las calles del centro de la ciudad hasta la comisaría de la Policía Nacional, momento en que la protesta alcanzó dimensiones nunca vistas en la ciudad (ver páginas 4 y 5). A las 6 de la tarde, en la recta final del “paro de país”, la ciudadanía volvió a ocupar la calle para participar en la movilización convocada por la Taula per la Democràcia frente a los ayuntamientos catalanes.
En pocos minutos, los terrassenses desbordaron el centro de la ciudad. Antes de las 6 ya no se podía acceder al Raval y, dada la imposibilidad de avanzar, la concentración invadió literalmente las calles Goleta hasta la Rambla, y Unió y Cremat hasta la Plaça Vella, donde se improvisó una concentración paralela al ritmo de batukada. Dos horas y media después, a las 8,30 de la noche, la ciudadanía se resistía aún a abandonar un momento tan intenso y emotivo.
Derechos fundamentales
“La actitud de las fuerzas de seguridad del Estado español han venido para reprimir los derechos fundamentales”, proclamó ante la multitud el colectivo de abogados +DretsHumans, los primeros en tomar la palabra en el Raval. Eduard García, miembro de la plataforma, fue el encargado de dar lectura a un manifiesto que denunció las cargas policiales por “intolerables y desproporcionadas” y recordó que el 1-O, “el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) en ningún caso autorizó el uso indiscriminado de la fuerza”.
En el atrio del Ayuntamiento de Terrassa, visiblemente sobrecogidos por la respuesta ciudadana, estuvieron el alcalde de Terrassa Jordi Ballart, junto al conseller de Territori i Sostenibilitat, el egarense Josep Rull, y el portavoz del grupo municipal del PDeCAT, Miquel Sàmper. A la concentración acudieron todos los concejales de ERC- MES, el portavoz de TeC Xavi Matilla junto a su equipo y varios concejales del gobierno municipal.
Todos pudieron comprobar hasta qué punto el compromiso de los bomberos con el 1-O ha convertido al cuerpo en icono del “procés”. La Taula per la Democràcia les pidió que fueran ellos quienes dieran lectura al manifiesto, lo que desató la eufòria entre los manifestantes, que recibieron al cuerpo de emergencias al grito de “los bomberos serán siempre nuestros”.
Los uniformados, que llegaron a Terrassa tras participar en las manifestaciones en Barcelona, expresaron la condena de las más de 45 entidades que integran la Taula per la Democràcia de la violencia ejercida por las fuerzas policiales, “una violación -dijeron- a los derechos civiles, políticos y de la convivencia ciudadana, con el resultado de más de 900 heridos”. La Taula exige la retirada de los cuerpos policiales estatales y hace una llamada a la ciudadanía, “en su pluralidad y diversidad a la defensa de un marco democrático que tenga por principio el diálogo y no la fuerza, la política y no el autoritarismo, el respeto y no la intolerancia”.
La concentración culminó con tres pilars de dol a cargo de las collas Minyons, Castellers de Terrassa y Bergans. También con la izada de dos esteladas en los mástiles frente al Ayuntamiento y la petición al alcalde, esta vez sin abucheos, de que retire la bandera española del balcón municipal.