Terrassa

Ramon Seira ha construido un zueco de dos metros de largo

Un zapato en cuyo interior cabe su constructor de cuerpo entero. De dos metros de largo y ochenta centímetros de circunferencia, y un peso de aproximadamente unos 150 kilos. Lo ha realizado el artesano y "escloper" terrassense Ramon Seira, con la ayuda de sus hijos Franc y Jofre, por encargo de Joan Mas, un miembro la asociación de Els Tres Tombs de Esparreguera, que cada año organiza en esta localidad la tradicional fiesta y desfile de caballos, carros y carruajes.

Escenificación de "Blancanieves"
"De niño, en ocasiones soñaba con una carroza de reyes, que llevaba un gran zueco cargado de regalos. Y ahora he tenido la fantasía de realizar este zueco gigante para Els Tres Tombs", explica Joan Mas. La idea se enriqueció al ver una película de animación de "Blancanieves", en la que la protagonista aparece junto a los enanitos y un zueco gigante. Joan Mas se dio cuenta de que, con un zapato de estas dimensiones, puesto en un carro, podía realizarse , en los desfiles de Els Tres Tombs, una representación del cuento , acompañado de utensilios del campo, difundir a los niños sus características y funciones.

Hace ya cinco años, habló con Seira proponiéndole la construcción del zueco. Pero antes tenía que encontrar un vehículo lo bastante grande y resistente para transportarlo. Lo halló en Molins de Rei: un antiguo "carro dels morts" que había sido recuperado para llevar el santo de esta población del Baix Llobregat. "Hace más de un año comenzamos a transformarlo, y después de más de trescientas horas de trabajo manual, ahora parece un auténtico carro de payés".

Su primer trayecto con el zueco será seguramente en el desfile de Els Tres Tombs de Esparraguera del próximo año, en enero. "El zueco irá acompañado de niños disfrazados, un cubo de madera, todo un montaje para que los niños conozcan los trabajos del camnpo."

Tres meses de trabajo duro
"Ha sido un trabajo muy dificil", señala Ramon Seira. Comenzando con la búsqueda de un tronco (de chopo) lo suficientemente grande para esculpir en él la pieza. Finalmente lo encontraron en Montmajor (Berguedà). Llevaba ya dos años cortado, y estaba seco, de modo que lo bañaron con gasoil para que no lo invadiera la carcoma.

Y en su estudio de Terrassa, el pasado junio, Seira se puso manos a la obra aplicando su larga experiencia en la artesanía de madera y los oficios antiguos. Lo que no le evitó algún percance: tras muchas horas vaciando la madera con la motosierra "hubo un momento en que el brazo dijo basta y no podía levantarlo. Llegué a pensar que era un ictus, pero solo fue una tendinitis, y tras dos semanas de reposo ya me había recuperado".

Finalizado hace unos pocos días, el zueco pronto será puesto (con la fuerza de cuatro hombres) en un tractor, y llevado ya Esparraguera, donde Seira lo barnizará. Su elaboración "me ha supuesto un montón de trabajo, pero también una satisfacción moral, porque se trata una pieza realmente singular".

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