Terrassa

“El 1-O es la lucha por los derechos sociales, que nos atropellan”

Primer fin de semana electoral en Terrassa para la convocatoria del referéndum del 1-O sobre la soberanía de Catalunya. El acto principal de la campaña estuvo protagonizado por la CUP, con los diputados Anna Gabriel y Benet Salellas al frente, y cabe remarcar que fue multitudinario. Los cuperos consiguieron, el domingo, llenar hasta la bandera la Horta dels Frares del Parc de Vallparadís de personas diversas y de todas las edades; muchos jóvenes pero también adultos y mayores.

De las intervenciones, Anna Gabriel, fue la que la reclamó mayor atención y más aplaudida. En un discurso “anticapitalista” y dirigiéndose a las izquierdas, Gabriel exclamó que “la lucha por la autodeterminación no es una lucha para delimitar fronteras, ni banderas ni himnos. Es una lucha por los derechos sociales y políticos que nos están atropellando”. En este sentido, la diputada de la CUP arremetió contra el gobierno del PP y contra una Constitución Española, la de 1978, y la culpó de “haber privado de dignidad y libertad a a los pueblos y a su gente”.

Gabriel hizo memoria histórica para con su auditorio y su ciudad para reafirmar la importancia de la lucha social. Evocó las manifestaciones de los tejedores en 1842, las huelgas por la jornada de ocho horas en 1890, las reivindicaciones de las mujeres en las fábricas (citó el Vapor Aymerich, Amat i Jover); nombres propios como el del comunista Matias Aguilar y Jonathan Carrillo y otros colectivos “desvalidos” como las jóvenes de Ca N’Anglada que sufren maltratos.

Críticas a Ballart
“El poder ya no es de los políticos sino de los lobbies capitalistas”, sostuvo, por lo que “nuestro objetivo para este 1-O es revertir el sistema del derecho a decidir políticamente y socialmente; cambiarlo todo”. Y en consonancia reclamó al alcalde Terrasa, Jordi Ballart, que colabore con el referéndum facilitando locales municipales para votar. Para Gabriel no hay medias tintas. “Si nos manifestamos para que el agua se municipalice, ahora, tenemos la misma lucha, desmontar las leyes y los lobbies”. La diputada se reafirmó en las palabras de la concejal de Terrassa, Maria Sirvent, quien en la apertura del acto también pidió a Ballart que abriera los colegios para ir a votar “porque la calle es de la gente” ejemplarizando la lucha por el agua, por la vivienda y por la igualdad de género.

Además de Gabriel y Sirvent, la CUP desplazó a Vallparadís al diputado Benet Salellas, al sociólogo Manuel Delgado, al alcalde de Marinaleda (Andalucía), Juan Manuel Sánchez Gordillo y a la militante de Arran, Laura Gràcia. En la misma línea, Salellas, otro de los pesos pesados de la CUP, señaló que “el 1-O es un día histórico para iniciar un proyecto independentista y democrático”.

El diputado denunció con contundencia todas las acciones del Gobierno de Rajoy para impedir el referéndum. Para el político, estamos en “una grave situación antidemocrática, en un Estado de excepción” para recordar que desde Madrid están prohibiendo actos, requisando material, bloqueando páginas web, irrumpiendo en imprentas y periódicos e interponiendo una querella a más de 700 alcaldes que han decidido poner las urnas. “No es que vuelva el franquismo. Es que no se ha ido nunca”, concluyó. Salellas también criticó que se diga que la cita del 1-O es “un fraude cuando el Tribunal Constitucional ha dado al traste con más de 25 leyes aprobadas en el Parlament de Catalunya”.

Desobedecer
Por su parte, el sociólogo Manuel Delgado defendió también que “el referéndum es una oportunidad para construir una nuevo país y una nueva sociedad”. Delgado, militante de EUiA, se mostró especialmente crítico con las izquierdas cuando “dicen que esta batalla no es la nuestra” recordando que “si la sociedad ha avanzado es gracias a la lucha de tantas generaciones, de nuestros abuelos y de nuestros padres”.

El sociólogo manifestó que “desobedecer es un acto de libertad porque estamos obligados a protestar para mejorar”. La CUP reservó el cierre del acto a Juan Manuel Sánchez Gordillo, el mediático alcalde de Marinaleda, quien, durante un discurso marcadamente social y popular, se puso al lado de quienes defienden la independencia de Catalunya, argumentando que “hay que desobedecer las leyes que no recogen los derechos de los pueblos” y revelando que “yo también quiero una Andalucía soberana”.

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