"Confianza, seguridad, convicción". Esos tres conceptos destacó ayer Carles Campuzano, diputado del PDeCAT en el Congreso, ante el auditorio que escuchó sus disertaciones sobre el futuro de las pensiones en una Catalunya independiente. Las pensiones estarán aseguradas, dijo, porque Catalunya dispondrá de instrumentos fiscales y de política económica para asegurarlas.
Campuzano y Jordi Monrós, vicepresidente del partido en las comarcas de Barcelona, repasaron la historia del sistema público de pensiones español y redundaron en lo que ya se sabe: es deficitario y el desfase entre las cotizaciones de los trabajadores en activo y lo que perciben los jubilados se paga con lo aportado mediante otros impuestos. Así ocurrirá con los pensionistas actuales en un hipotético Estado catalán. ¿Y con los futuros? Habrá que hacerlo bien, señaló el diputado, en tres elementos sustanciales: la creación de trabajo, la productividad y la natalidad.
La financiación
"La independencia es una oportunidad para repensar el modelo que nos conviene", apuntó Campuzano, que aludió a una tendencia en países nórdicos: poco a poco, la financiación de las pensiones corre más a cargo de los impuestos generales que de las cotizaciones de los empleados en activo. Aún así, será clave apuntalar el empleo. En un escenario de independencia, "tendríamos herramientas para emprender políticas industriales que permitan financiar el sistema".
El diputado subrayó que la "actualización centralizada" de las pensiones había mermado el poder adquisitivo de los jubilados catalanes hasta el 2013, debido a la aplicación de aumentos según el IPC español y no según el catalán, mayor que en el resto de España: "Los pensionistas se han empobrecido lentamente". A partir del 2013 se aplica una fórmula que fija en el 0,25 por ciento el incremento si hay déficit. "En dos años, 2016 y 2017, por término medio, cada pensionista habrá perdido 231 euros al año", explicó Monrós. Campuzano afirmó que comunidades como Catalunya (también Madrid, País Vasco o Navarra) aportaron más que otras para nutrir años atrás el fondo de reserva. "La pregunta no es si el sistema será viable en una Catalunya independiente, sino si España podrá hacer frente a los pagos sin Catalunya", aseguró.