De nuevo el pánico, una gota más en el rebosante vaso de la paciencia vecinal. Un incendio destruyó ayer cinco contenedores en la calle de Sant Joan y dañó las fachadas de dos edificios y cuarteó las ventanas de una vivienda situada enfrente. En esa calle del Centre se suceden los fuegos de recipientes de recogida de basuras desde hace años. Muchos vecinos están hartos de la inseguridad que padecen.
El incendio de ayer se declaró a las 4.40 de la madrugada. El crepitar de la quema y las llamaradas que se enseñoreaban de la esquina con la calle de la Societat despertaron a los vecinos. El sistema de emergencias 112 recibió varios avisos a las 2.43: incendio de contenedores en la calle de Sant Joan, junto al número 38. La alerta fue derivada a los bomberos, que desplazaron a una dotación al sector. La dirección les resultaba familiar.
La unidad de Bombers de la Generalitat trabajó una media hora en la extinción del fuego. Los efectos de la quema fueron los habituales en sitios como aquel, en una calle estrecha con los recipientes de basuras a unos centímetros de los inmuebles, con aceras angostas: el incendio causó daños en las fachadas de dos edificios. Las ventanas de una vivienda ubicada enfrente, en la otra acera, se resquebrajaron. Ayer por la tarde se podía observar una farola ennegrecida.
El pánico se desata en la vecindad cada dos por tres. Son muchas las zonas de Terrass afectadas por la lacra incendiaria, pero lo que ocurre en la calle de Sant Joan clama al cielo. Hay residentes en el sector que hablan de más de treinta fuegos de contenedores en la última década.
Lo acontecido en el último año es paradigmático. Este diario publicó en enero pasado un reportaje sobre la oleada de quemas de recipientes en la calle de Sant Joan, junto al número 38, en el área de aportación de residuos más próxima al cruce con la de la Societat. Los restos de la acción devoradora de las llamas eran visibles en la calzada, socavada y negra. Tan palpables eran los vestigios de los incendios como el fastidio de los vecinos, de los mismos que habían pasado unas cuantas madrugadas en vela o habían sofocado o aplacado ellos mismos los fuegos con mangueras o cubos.
"En el último año llevamos cuatro incendios, como mínimo, en los que haya sido necesaria la intervención de bomberos y policía. En otros cuatro o cinco casos hemos sido los vecinos los que hemos apagado los conatos", recordó ayer Manuel Sánchez, residente en la calle de Sant Joan, frente al área de recipientes que horas antes habían sido engullidos por la quema.
"Un drama"
Manuel tiene hijos que ayer vivieron "un drama", dice el padre, hartísimo de la sucesión de incidencias que han convertido muchas noches en un sinvivir. "El riesgo es muy grave y tememos por nuestra seguridad", alerta este vecino tan indignado como resuelto a luchar "para que el Ayuntamiento no vuelva a colocar contenedores aquí". Ayer por la tarde el Consistorio aún no había repuesto las unidades destruidas. "Si vuelve a instalar contenedores, emprenderé la vía judicial", destaca Manuel.
Diari de Terrassa publicó el 1 de marzo otro artículo sobre un nuevo incendio de contenedores en la calle de Sant Joan, en esa ocasión junto a la esquina con la del Mas Adei. Habían ardido cinco recipientes, provocando destrozos en la fachada y en ventanas de una casa. También en la puerta de un garaje de otro edificio. Los vecinos reclamaron el cambio de ubicación de los contenedores de su zona. El Ayuntamiento tiene un problema en la calle de Sant Joan.