Los residuos generados por los municipios catalanes alcanzaron en 2016 las 3,7 millones de toneladas, lo que supone una tasa de 1,36 desechos por habitante y día.
Según la Agència de Residus de Catalunya, del total de basura generada se recogieron de manera selectiva 1,4 millones de toneladas, el 38,5 por ciento del total de desperdicios, un porcentaje ligeramente inferior al de 2015. Por contra, los residuos que no se separan en casa y acaban en el contenedor verde aumentaron el año pasado en Catalunya, acumulando 2,3 millones de toneladas.
En la recogida selectiva, la materia orgánica se ha estancado desde el año pasado, a pesar de tratarse de la fracción que mayor peso tiene en el total de los residuos municipales.
Los datos de la selectiva se ven afectados por las sustracciones en los contenedores, sobre todo de papel, cartón y metal, los materiales que más se cotizan en el mercado secundario. La ARC calcula que si no se registraran esos robos, el porcentaje del reciclaje rondaría en Catalunya el 40 por ciento.
200 mil toneladas esfumadas
Concretamente en la fracción del papel, "además de no haber existido una variación sustancial en el consumo, se estima que existen unas 200.000 toneladas provenientes de circuitos específicos que no computan a nivel municipal.
La Agència de Residus también denuncia que hay puntos de recogida a los que llegan los residuos "canibalizados", es decir, se les han sustraído previamente los recursos que tienen valor económico.
