El pleno municipal de este mes, celebrado el pasado jueves, centró su atención en la gestión del Consorci Sanitari de Terrassa (CST) y el papel que deben jugar sus tres agentes que son la conselleria de Salut, el Ayuntamiento y la Fundació Sant Llàtzer. Para un sector, Salut es el único actor responsable a nivel sanitario y económico pero para otros sectores también lo son el Ayuntamiento y la fundación dado que estos últimos tienen participación en el CST aunque sea de forma minoritaria (un veinte por ciento cada uno).
El grupo municipal de Esquerra Republicana (ERC) es de los que defiende que el Ayuntamiento y la Fundació Sant Llàtzer deben implicarse. Es por ese motivo que este grupo ya defendió en la sesión plenaria que la fundación podría contribuir a la financiación del CST eximiéndole del pago del alquiler o rebajándole la cuota del mismo que abona el CST por espacios que ocupa en el recinto del Hospital de Sant Llàtzer del Passeig.
El portavoz de ERC, Isaac Albert, y el concejal de este partido, Pep Forn, insistieron ayer sobre ello en una rueda de prensa que convocaron en el Ayuntamiento y que contó, por sorpresa, con dos testimonios de excepción como oyentes, los concejales Miquel Sàmper y Dani Nart, del PDeCat, y socios del PSC en el equipo de gobierno municipal del alcalde Jordi Ballart.
Mover ficha
Albert reclamó de nuevo a la Fundació Sant Llàtzer, cuya presidencia corresponde al Ayuntamiento de Terrassa, que mueva ficha. "La fundación debe hacer un estudio para ver si es viable reducir el alquiler al CST y determinar cómo afectaría a sus cuentas". Para el portavoz de ERC, el precio del alquiler que es de 460 mil euros anuales debería reducirse a poco más de la mitad y situarse en 226 mil euros". Esta cantidad no es baladí. Albert la toma como referencia porque es la que a su vez abona la Fundació Sant Llàtzer anualmente por un crédito que pidió para reformar los espacios para el CST. "El precio que paga el CST es muy superior al préstamo -dijo- por lo que parece lógico que la fundación debería ajustarse y ayudarle a cuadrar su balance. Después, el CST puede destinar ese dinero que dejará de abonar en aplicar mejoras al servicio sanitario". Asimismo, pidió a Jordi Ballart que se siente con el conseller de Salut, Antoni Comín, para "trazar un plan de empresa en salud". En este sentido, el concejal de Esquerra, Pep Forn, reiteró que el Ayuntamiento no puede quedar al margen del CST porque es uno de los actores. "Debe analizar la situación y decidir si quiere hacer una aportación al CST". A lo que Albert se sumó considerando que "el gobierno está ‘mareando la perdiz’ recordando que "las concejales Maruja Rambla y Rosa Maria Ribera, en noviembre de 2016, se comprometieron a dar apoyo al CST para salir adelante". La postura de ERC da total apoyo a la que expresó Xavier Lleonart, presidente del comité de empresa del CST, en la intervención que realizó en el último pleno. En la misma línea se pronunciaron los grupos municipales en la oposición de TeC y la CUP.