Los vecinos de la plaza del Treball, en Ca n’Anglada, han dicho basta. Llevan años lidiando con un problema que se agudiza en verano, pero, ni mucho menos por ello se han acostumbrado. No pueden más y exigen soluciones.
Residentes de esta zona de Ca n’Anglada ha recogido firmas para exigir al equipo de gobierno que ponga en marcha medidas que acaben o aminoren los problemas de civismo que están afectando seriamente a la convivencia. La llegada de la noche se ha convertido en un calvario. Un grupo de adolescentes y jóvenes que rozan la veintena ha escogido la plaza como su lugar de reunión y se pasan ahí postrados (o jugando a la pelota o fumando) hasta la una o las dos de la madrugada.
Además de hacer ruido e impedir el descanso vecinal, estos jóvenes no se amedrentan si se les llama la atención. "Al contrario, insultan, faltan al respeto, se encaran con los vecinos", explica Dris, que lleva viviendo en Ca n’Anglada trece años después de emigrar de Marruecos. Muchos residentes -entre los que hay mucha gente mayor- temen enfrentarse a ellos y, en ocasiones, deben hacerlo ya que se reúnen en algunos portales y dificultan el paso. "Si quieres entrar a la portería, te intimidan. Muchos vecinos sufren agresiones verbales y violencia psicológica", explica Javier Valverde, que aunque ya no vive en la plaza sí lo hacen sus padres, de más de 80 años.
La plataforma de vecinos habla de "desorden y falta de seguridad", Aseguran que estos jóvenes han robado a más de un residente, han destrozado bancos, papeleras y otros elementos del mobiliario urbano, han roto los cristales de varias ventanas y hacen sus necesidades en la plaza. Explican que este grupo de adolescentes no son de la plaza y, algunos, ni siquiera del barrio, y piden que la Policía Municipal sea "más contundente" en sus actuaciones. Valverde explica que los agentes "ni siquiera se bajan del coche cuando vienen", cuando "deberían identificarlos y llevarlos a su casa si son menores".
Cerrar el recinto
Los vecinos tuvieron ocasión de trasladar todas estas quejas a la concejal del distrito, Lluïsa Melgares, el pasado miércoles. La edil comprende su malestar ante unas molestias que se repiten con la llegada del buen tiempo. Explica que las características de la plaza, rodeada de edificios, provoca que el ruido se incremente aún más y que han valorado la posibilidad de cerrar los accesos a la misma por la noche, pero hay impedimentos legales. El Ayuntamiento ya contaba con partida presupuestaria para costear el cerramiento y colocar los interfonos en estas nuevas puertas de acceso (los vecinos sólo debían hacerse cargo del seguro), pero se encontraron con que no era posible si no había unanimidad entre los residentes. Melgares explica que volverán a sondear a los vecinos para ver si están de acuerdo en cerrar los accesos a la plaza. Valverde asegura que es el sentir de la mayoría es que sería una buena solución.
Otra sería "equipar adecuadamente el barrio para que la plaza del Treball no sea la única que tiene bancos y apetece pasar el rato". sostiene Valverde. Este vecino se refiere, concretamente, a colocar bancos, alumbrado público y algunos elementos más de mobiliario urbano en los solares vacíos que ha dejado el derribo de las fincas afectadas por el esponjamiento, en el norte del barrio.
Habilitar espacios para jóvenes
La edil admite que ahora mismo no está previsto, pero que lo analizarán con "expertos en convivencia" porque "lo que tampoco se puede hacer es trasladar el problema de sitio". Sí está contemplado este año, en cambio, habilitar un espacio público que hay en la confluencia de la calle de Jacint Elias con la avenida del Vallès con canchas de básquet y otros elementos atractivos para que los jóvenes tengan un espacio en el que estar. Además, se equipará mínimamente el antiguo recinto del mercadillo, en Montserrat, afirma la concejal socialista.
Los vecinos también proponen que se reedite el programa de voluntarios que se paseaba por el barrio por la noche para mediar y solucionar pequeños conflictos. Aseguran que los años en que estuvo en vigor dio buenos resultados.
De todas estas medidas volverán a hablar los residentes y el Ayuntamiento en una reunión a la que, además de la concejal de distrito, también están convocados la Policía Municipal, los servicios jurídicos y el departamento de convivencia la próxima semana.