El Consorci de Residus del Vallès Occidental se dispone a actualizar la planta de compostaje y biometanización de Can Barba, inaugurada en octubre de 2006. Una década después del estreno de las instalaciones, la comarca se propone rediseñar el equipamiento y renovar su maquinaria, que ha quedado obsoleta.
El pleno del CRVOC aprobó el martes 20 de junio en sesión plenaria prorrogar por un año más la concesión de las dos plantas de compostaje y de biometanización, donde se trata la materia orgánica que los vallesanos depositan en el contenedor marrón. CESPA GR, SA, la empresa que gestiona actualmente las instalaciones, continuará al frente del equipamiento hasta verano de 2018, fecha en que se iniciarán las obras de remodelación, según informan fuentes del organismo comarcal.
Durante el último año, el Consorci ha revisado la planta de Can Barba y constatado la necesidad de una modernización que garantice una cobertura correcta a los municipios vallesanos durante los próximos ejercicios. Hace aproximadamente un año un dictamen de la Diputació de Barcelona concluía que la planta presentaba un correcto nivel de mantenimiento, pero la maquinaria requería ser renovada.
El documento ha dado lugar a la visita de un equipo mixto integrado por el Consell Comarcal y representantes de la Agència de Residus de Catalunya a diferentes eco parques para evaluar cual sería el relevo más oportuno para el equipamiento técnico de la planta. El Consorci de Residus del Vallès Occidental espera tener lista a finales de julio la memoria del proyecto y el presupuesto. Ambas permitirán cerrar un acuerdo de financiación con la Agència de Residus de Catalunya. La planta necesita una intervención en tres ámbitos: en primer lugar, el digestor que transforma la materia orgánica en gas para generar electricidad. Las pruebas realizadas hasta el momento confirman el buen estado general de la maquinaria, aunque una revisión más a fondo revelará si los gases han deteriorado el interior de la instalación.
En la fase de pre-tratamiento la necesidad de intervenir ya está clara. Fuentes del Consorci de Residuos explican que la planta necesita mejorar el proceso de separación de los impropios presentes en la materia orgánica y que se envían al depósito de residuos. En el ejercicio 2016 la media de impropios en la planta de Can Barba se situó en un 13,1 %.
Tercer paso
El tercer paso se sitúa en el proceso de compostaje y en el digestor. Fuentes del Consorci explican que existen diferentes alternativas de intervención que se están valorando en este momento.
La envergadura de la intervención en los tres niveles apuntados y, especialmente, las características de la nueva maquinaria que se incorpore a la planta obligarán a readecuar las instalaciones y afrontar un proceso de remodelación física.
Las previsiones son de que la remodelación de Can Barba se prolongue durante un año, e manera que podría estar lista en verano de 2019. El Consorci buscará una o varias plantas alternativas para la materia orgánica vallesana durante los meses en que Can Barba esté inoperativa. De momento, la planta continuará atendiendo la demanda de los municipios con normalidad hasta verano de 2018.
En Can Barba se transforma el residuo orgánico que seleccionamos en casa en compost y en electricidad. La instalación empezó a funcionar en 2003 como planta de compostaje y tres años más tarde, en 2006, incorporó el proceso de biometanización que permite obtener biogas de los residuos orgánicos.
En las instalaciones de Can Barba se somete a la materia orgánica a un doble proceso de tratamiento. El de digestión anaeróbica permite que los microorganismos presentes en los restos orgánicos se descompongan y generen biogás. Mediante un motor de cogeneración, este biogas se transforma en energía eléctrica. Los restos orgánicos sobrantes de ese proceso se mezclan con restos vegetales para que el sustrato continúe su proceso de descomposición hasta convertirse en abono para la agricultura y la jardinería.