El nuevo conseller de Cultura, el egarense Lluís Puig, tomó ayer posesión de su cargo en un acto solemne en el Palau de la Generalitat presidido por Carles Puigdemont. El President procedió al nombramiento oficial de Puig en sustitución de Santi Vila, nuevo conseller de Empresa i Coneixement tras el cese el lunes de Jordi Baiget por pérdida de confianza, al dudar públicamente de la celebración del referéndum del 1 de octubre.
Puig dijo tomar las riendas de la consellería "sin miedo y con la cabeza alta", dispuesto a "seguir hablando de que la cultura es motor de libertad y herramienta de transformación social".
El nuevo conseller quiso dejar claro que está "totalmente comprometido" con el referéndum y con el proceso independentista y afirmó que, al asumir el cargo, se suma "con ilusión a un grupo de trabajo que, a mi juicio, lo hace excepcionalmente".
Puig fue hasta el martes el número dos de la conselleria de Cultura, donde ha ostentado la dirección general de Cultura Popular, Associacionisme i Acció Culturals. El político asume la máxima responsabilidad en una "legislatura excepcional" en la que dijo estar dispuesto a pensar en el medio y el largo plazo.
Ante la insistencia de los periodistas sobre la brevedad de un mandato condicionado por la celebración del referéndum, Puig afirmó que "si la legislatura acaba siendo corta, pero lo que dejamos aposentado es de futuro: imaginad qué bien poder trabajar en pocos meses cosas que repercutan en el futuro del país. Hay que trabajar con mentalidad de corto, medio y largo recorrido, conscientes del momento excepcional que vivimos, pero eso no quita que podamos trabajar, construir puentes, pilares y cimientos que sirvan para seguir hacia delante".
A preguntas de los medios, Puig comentó la última sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Política Lingüística del Gobierno catalán, que afecta entre otras a la ley del cine. El político dijo que apenas había podido hacer una lectura "en diagonal" del fallo judicial, que "no parece mal del todo, pero no estaremos de acuerdo con lo que nos haga daño".
El conseller adelantó que si es "necesario hacer algún recurso, lo vamos a hacer", y en relación al cine recordó que el Govern proponía la equidad en el idioma de las películas, que un 50% fueran en catalán y otro 50% se pudieran ver en castellano, "y la sentencia habla de un 25% en catalán". Este hecho comporta "que no estemos donde queríamos, pero sí tenemos más que el cero por ciento".
Compromiso y firmeza
En la toma de posesión en el Palau de Sant Jordi, Puigdemont agradeció a Lluís Puig su "compromiso" y su "firmeza" al aceptar el cargo y lo describió como un hombre solvente a nivel cultural, con prestigio en el sector. Para el presidente de la Generalitat, nadie le tendrá que explicar nada, puesto que Puig lleva años vinculado a la conselleria y recalcó su "aportación al servicio de la cultura popular".
En este sentido, ayer levantó polémica el tuit del director adjunto de El País en Catalunya, Lluís Bassets, al referirse en tono despectivo al "conseller sardanista". Puig respondió que también ha bailado sevillanas y jotas y que la suya es una pasión por la cultura popular en todas sus vertientes.
Antes que conseller y director general, Puig ejerció como sardanista, dirigió varios esbarts y en 2008 fue Premi Nacional de Dansa. Ha llevado la dirección artística del Mercat de Música Viva de Vic y de la Fira Mediterrània y ha sido jefe de recursos del Centre de Promoció de la Cultura Popular Catalana.
