Se llama ANA y es un retoño que llega al mundo con ganas de dar guerra en el terreno del debate público local y el "terrassenquisme". Sus impulsores presentaron ayer al retoño, ANA, en la plaza de l’Assemblea de Catalunya, en La Maurina. Han montado una iniciativa ciudadana para trabajar por la tercera ciudad de Catalunya en población.
¿Por qué han elegido ese nombre? ANA abrevia la expresión Àgora Nova Atenes. Ágora, como lugar de reunión o discusión de la cosa pública. Nova Atenes, porque así denominó a Terrassa hace un siglo un grupo de intelectuales barceloneses que descubrió en nuestra ciudad un foco "de vida y modernidad". Fue aquello como un deslumbramiento.
Trece miembros de ANA, ataviados con camisetas de color marrón claro con la inscripción "L’ANA estima Terrassa", presentaron ayer el manifiesto fundacional de la plataforma. Así arranca: "ANA sabe que ha llegado el momento de activarse y moverse colectivamente para dar un nuevo impulso a Terrassa". Y así prosigue: "A pesar de la dura crisis económica que ha sufrido y sufre nuestra ciudad, hay motivos suficientes para creer en proyectos futuros: somos la tercera ciudad catalana, situada en uno de los principales espacios económicos del Sur de Europa, y afortunadamente contamos con una ciudadanía activa con ganas de trabajar, de ser interpelada y de reaccionar".
La iniciativa considera que la ciudad contiene "un gran potencial humano, cultural y económico" y necesita "revovar ideas, construir modelos de liderazgo más horizontales y nuevas formas de participación". La entidad sugiere que faltan espacios y canales para que afloren las opiniones de los vecinos para construir "un proyecto conjunto y compartido por todos". Con un proyecto claro "se puede avanzar mucho más y aún mejor, se puede llegar más lejos".
ANA aboga por una ciudad "con más identidad", más valiente "y capaz de creer en todo aquello que la hace única"; por una Terrassa con mayor igualdad y justicia, "que demuestre capitalidad", que sea "acogedora y amable". Más viva, más abierta a su entorno, despojada de la etiqueta de "ciudad dormitorio".
Para empezar, una cena
Hace falta que los 33 barrios estén bien cohesionados "y después que la ciudad se abra a los municipios para colaborar", señala el grupo, que en su manifiesto alude a su pretensión de que Terrassa "encuentre su lugar en el mapa del proceso democrático y soberanista que vive nuestro país". La localidad, añade ANA, no puede dejar escapar "esta oportunidad histórica".
"Este manifiesto es una llamada a participar y debatir sobre nuestra ciudad a todas aquellas personas que tengan ideas y quieran compartirlas", indica la entidad, que sabe que "en Terrassa se puede vivir mejor haciendo las cosas de otra manera". El ágora ha visto la luz como "espacio de debate" y propuestas, como canal "para intercambiar ideas de manera participativa, plural y abierta".
"A ver si es verdad que tenemos poca autoestima", agregó Cesc Poch, uno de los impulsores, tras la lectura del manifiesto. ANA ha organizado para el próximo 20 de julio su primer debate, una cena para reflexionar sobre si Terrassa tiene proyecto de ciudad.