Inmóviles, con la respiración contenida y… con los bolsillos repletos de relojes, joyas y artículos electrónicos. De esa guisa encontraron agentes de los Mossos d’Esquadra a dos ladrones a los que pillaron debajo de una cama en la vivienda que los delincuentes estaban asaltando. Ocurrió el martes en un edificio del Centre. Los policías detuvieron al dúo de cacos y a un tercero que esperaba en la calle.
Martes 20 de junio, cuatro de la madrugada. Un coche de la unidad de seguridad ciudadana de los mossos, camuflado el turismo, de paisano los agentes, patrulla por calles de Terrassa en tareas de prevención. La sala de comunicaciones del cuerpo difunde un mensaje: parece que ha saltado la alarma de un domicilio en la zona centro, cerca de la Creu Gran y del Parc de Vallparadís. La dotación policial se dirige al lugar indicado.
Los policías de paisano ven algo raro al llegar, sí, y la información facilitada por un testigo refuerza la tesis del robo: el testimonio afirma haber observado a una persona entrando en un edificio minutos después de que saliese otro individuo. Algo extraño habida cuenta de las horas que son.
Los mossos d’esquadra ven a un tipo en los aledaños de un inmueble. El sujeto parece en actitud vigilante. ¿Ha entrado él en la vivienda? No, no he entrado, responde él. ¿Qué hace allí? No ofrece respuesta convincente, no sabe qué decir, cómo justificar su presencia a las puertas de un edificio habitado a las cuatro de la madrugada.
Aparece el dueño
Y en esas, cuando los mossos inician sus pesquisas, llega el morador, el dueño de la vivienda. ¿Qué estaba pasando? Los agentes le explican que han recibido una comunicación sobre un posible asalto en la casa y están haciendo comprobaciones. Entran en el domicilio acompañados del propietario.
La puerta de entrada al piso no está violentada. No hay signos de forzamiento en el marco, ni en la cerradura. Los policías se adentran en la casa y entonces sí se topan con el desaguisado. Hay cosas fuera de sitio, vestigios de que alguien ha removido el interior de estancias, pruebas de un robo reciente. No hay dudas.
Es muy probable que los delincuentes estén allí todavía. ¿Cómo han entrado? Los indicios apuntan a que lo han hecho por escalo, trepando por una pared lateral que da al Parc de Vallparadís, para luego introducirse en la vivienda por un balcón. Los mossos revisan palmo a palmo la casa. Se agachan para mirar debajo de una cama.
Allí estaban los dos asaltantes, quietos y cargados. Según fuentes policiales, llevaban los bolsillos de los pantalones llenos de objetos procedentes del robo frustrado: relojes, joyas, cámaras de fotos.
No ofrecieron resistencia cuando los agentes los detuvieron. Tampoco el compinche de la calle. Un detenido tiene 21 años y es español. Los otros dos, uno argentino y otro marroquí, cuentan 22 y 19 años respectivamente.
