Tras volcar todos los esfuerzos en hacer frente al impacto económico y social de la crisis, toca reflexionar sobre el futuro de la ciudad "pensando en grande", atentos a la desigualdad social y "aparcando las capillitas", fomentando un debate abierto y ágil. Son algunas de las ideas expuestas en el debate "Terrassa pensant el seu futur", organizado el miércoles por Terrassa en Comú en la Nova Jazz Cava.
La formación cree que es el momento de impulsar una reflexión estratégica que permita dibujar la Terrassa de los próximos años. El miércoles arrancó el proceso con las aportaciones de Xavier Marcet, presidente de Lead to Change y comisionado del alcalde en el Pla Estratègic de Terrassa impulsado en 1991; la abogada Isabel Marquès, ex síndica y miembro de la comisión de derechos humanos del Col.legi d’Advocats de Terrassa, y el portavoz de TeC Xavier Matilla. Mariona Tomàs, directora del programa "El Submarí ", de la Radio Municipal de Terrassa, moderó el acto, que contó con una fila 0 con representantes de distintos sectores.
La clase industrial, un espejismo
El acto arrancó con una exposición, la de Xavier Marcet, que marcó el clima de la mesa redonda. El historiador y consultor en innovación estratégica celebró la iniciativa de TeC de estimular el debate porque "nos movemos demasiado en la opinión y ahora toca pensar", dijo.
Marcet inició su intervención con una mirada histórica sobre la ciudad muy crítica con los sectores económicos. "Durante la Guerra Civil y el Franquismo las elites se desentendieron de la ciudad", dijo, que en los años 80 y 90 luchó por dignificar el espacio público y apostó por un modelo que combinaba universidad, industria y cultura.
Tras el crac del textil, los empresarios egarenses se volcaron en el inmobiliario "y cuando se hundió, descubrimos que la clase industrial era un espejismo, que Terrassa tiene una elite económica débil". En ese contexto, "el sueño de una industria avanzada no se ha producido. No tenemos una sola empresa vinculada a la economía de internet".
Xavier Marcet cree que la ciudad necesita "un plan estratégico" y apuesta por un modelo público-privado, en el que la administración rejuvenezca "estructuras y plantillas" y el capital apueste por la economía circular, por "una industria avanzada como garante del trabajo de calidad".
El miércols, el portavoz municipal Xavier Matilla se sumó a la necesidad de repensar la ciudad y apostó por "pensar en grande", después de un período en el que "la falta de recursos se ha traducido en escasez de ideas. Ahora toca atreverse a pensar", un proceso que el portavoz de TeC cree debe partir de "un pacto de ciudad, un compromiso de ciudad".
Desde la fila 0, el trabajador social Pep Martí sugirió "poner fin a las capillitas" que tanto caracterizan la ciudad, "porque es el momento de compartir reflexiones y análisis". Matilla también cree que corresponde poner ideas en común y animó a la ciudad a "salir de su zona de confort" porque "para crecer, Terrassa debe romper algunas barreras psicológicas. Hay buenas ideas y deben encontrar las vías para expresarse".
Urbanismo y política social
Buena parte del debate en la Nova Jazz Cava giró en torno a dos de los ejes que marcarán el futuro de la ciudad: el urbanístico y el social. El periodista Pedro Millán, director de Diari de Terrassa, recordó que la crisis ha dibujado "una ciudad a dos velocidades" en la que se acentúa la brecha social, y citó dos retos de futuro: la segregación escolar y el fenómeno de las mafias de la ocupación. "En este momento hay 4 mil viviendas ocupadas en la ciudad", apuntó.
Durante el debate también se abordó la oportunidad de estrechar vínculos con Barcelona y la necesidad de frenar el fenómeno de "expulsión" de las familias sin recursos y las mafias de la ocupación hacia el entorno metropolitano.
En el ámbito estrictamente urbanístico, Xavier Matilla explicó que la futura revisión del Plan de Ordenación tendrá un enfoque estratégico y otro instrumental. El político, urbanista de profesión, citó como proyectos de futuro las rieras, la fachada norte de la ciudad y no ocultó su complicidad con la teoría de la "desurbanización", según la cual "si hay que derribar algún edificio se hace. Por ejemplo, los antiguos juzgados -sugirió-, porque no siempre es mejor rehabilitar".
"Terrassa pensant el futur" reunió en la Nova Jazz Cava a miembros de distintos colectivos, a dirigentes vecinales, personas del ámbito de la cultura y representantes de entidades. También acudieron miembros del gobierno municipal. El portavoz Alfredo Vega y el teniente de alcalde Miquel Sàmper.