El pianista Miquel Farré i Mallofré (Terrassa, 1936) recibió ayer el homenaje de sus conciudadanos al serle entregado el premio Músic de l’Any, por su trayectoria musical, como intérprete y profesor, "pero también por su carrera en el ajedrez y, por supuesto, por su parte humana", explicó Josep Jarque, presidente de Enroc, la entidad organizadora de este reconocimiento. Tras su presentación, se proyectó un vídeo con imágenes de diversos momentos de la vida de Farré, y de la Terrassa en la que ha vivido, y opiniones y felicitaciones de diversos músicos que han colaborado con él o fueron alumnos.
Un intérprete excepcional
De intérprete "excepcional, de tonalidades a las que no estábamos acostumbrados", le calificó Jesús Silvestre. "Tan especial, tan grande", decía Mònika Lao. Ramon Rius le calificó de "uno de los valores musicales más altos de Catalunya, nunca suficientemente reconocido". Para Joaquim Vilalta, Farré "ha sabido transmitir el porqué de la existencia del intérprete. Como terrassenses, hemos de estar orgullosos de tener un artista de tal magnitud internacional, única". "No solo ha sido un profesor de piano, sino que nos ha enseñado música con mayúsculas", decía Lluís Alcalà. A Dani Garcia siempre le ha impactado "su conexión con la música, cómo se sumergía en ella. Queríamos entrar en cómo lo hacía, en la magia de su sonido, que es una cosa extraordinaria".
De "maestro de maestros" le calificó seguidamente el concejal de Cultura, Jordi Flores. "Por su fuerza interpretativa, su temperamento, su gran poder de comunicación y su musicalidad excepcional. Con 18 años ya ganó el Premi Internacional Maria Canals, punto de partida de una larga lista de reconocimientos". Recordó asimismo Flores que Farré "ha sido escuchado en los cinco continentes" y destacó los trabajos que ha dedicado al compositor Frederic Mompou. "Miquel Farré, gran terrassense, gran música, gran persona, es un auténtico honor hacerle entrega de esta distinción. Gracias, Miquel, eres un ejemplo para todos." El pianista se levantó para fundirse en un abrazo con Flores, y éste le entregó el premio.
"Amigos, gracias", comenzó su intervención Farré, visiblemente emocionado. Expresaría su agradecimiento a Enfoc, al Ayuntamiento y a todas las entidades que han apoyado esta iniciativa, a la que "doy la bienvenida, y espero que sea muy positiva para la vida musical de Terrassa, por lo que representa recibirla aquí, en esta maravilla de Casa Alegre de Sagrera, que es un símbolo de muchas cosas".
Llorar escuchando a Beethoven
Apasionado del arte de los sonidos desde su edad más temprana, Farré recordó que "ya cuando iba a ‘Can Culapi’, pedí una entrevista con el rector, porque no estaba de acuerdo con la descriminación que había con la música. ¿Cómo es que las denominadas bellas artes tenían un trato, y la música otro? Esto es una discriminación". Siempre ha sido un deleite oir a Farré hablar de música, con su entusiasmo contagioso, y en esta ocasión se refirió a su capacidad de humanizar. "Cuando he escuchado obras geniales de la música, he pensado ‘si con esta música no logramos que haya paz, y ‘estimació’, ¿qué utilizaremos para ello? La música es un bien infinito. Aún recuerdo que siempre que escucho algunos pasajes de la ‘Novena sinfonía’ de Beethoven me pongo a llorar. ‘Miquel, ¿aún estás vivo?’, me digo cuando ello sucede. La música es una gran filosofía. Creo que fue Nietzsche quién dijo que la vida sin música sería un error".
Farré finalizó reiterando su agradecimiento. "Siempre he pensado que Terrassa era mi casa, los diversos conciertos, las ‘masterclass’ en el Conservatori. El trato con la gente de Terrassa ha hecho que os diga gracias, os aprecio a todos".