La gestión que los partidos políticos han hecho de la polémica consulta a Síndic, en la que destaca la lentitud del equipo de gobierno en tomar una decisión al respecto, han sido claves para que la mayoría de los candidatos desconfíe de las garantías del nuevo proceso y aún no tenga decidido si volverá a presentarse. Tres de ellos ya tienen claro que no lo harán.
Anna Muñoz, Míriam Bosch y David Lobo ya no quieren ser síndicos. Tienen claro que no volverán a presentarse. Lobo, de hecho, fue junto a Joan Tamayo uno de los dos aspirantes que decidió retirarse del anterior proceso cuando trascendió la denuncia del Observatori Ciutadà Municipal por irregularidades en la emisión del voto digital. Su renuncia de entonces sigue vigente hoy día, comenta, para "ser consecuente" con su decisión inicial.
Muñoz ya dijo hace unos días que no volvería a ser aspirante a Síndic. Por su parte, Bosch asegura que "en principio" su intención es no concurrir al nuevo proceso. Es muy crítica con la gestión política que se ha hecho. "Hemos vivido situaciones muy desagradables, con acusaciones poco fundamentadas. Tal y como ha ido todo se te quitan las ganas de volver a participar", denuncia. Además, lo "confuso" del proceso y la "tardanza" en tomar decisiones "ha dejado tocada la figura del Síndic".
Indecisos
Otros cuatro candidatos aún no tienen claro qué harán. Es el caso de la ganadora de la primera consulta: Isabel Cazorla, que explica que no tomará una decisión hasta conocer los detalles de la convocatoria. "El desgaste personal es muy grande. Verte insultada por determinadas asociaciones es doloroso, pero retirarme sería como darles la razón, y no la tienen", señala.
Joan Tamayo, que quedó en tercer lugar en la recogida de apoyos, tampoco sabe qué hará, aunque señala: "Viendo el maltrato que estamos recibiendo todos los candidatos no me quedan muchas ganas, pero Terrassa necesita urgentemente un Síndic". Xavier Gállego tampoco sabe si volver a presentarse o no. Está estudiando "ambas posibilidades", sobre todo, "después de la situación vivida". A Guillem Izquierdo no le pesan tanto los desatinos pasados, como sus perspectivas profesionales y académicas, que es lo que le llevarán a decidirse llegado el momento.
En cambio, quien mantiene intactas sus ganas de convertirse en Síndic de Terrassa es Jordi Estapé. Su intención, comenta, es "presentarse", aunque está a la espera de conocer las bases del nuevo proceso.