Fue el incendio de viviendas más pavoroso de los últimos años: once personas resultaron intoxicadas y un bombero sufrió un golpe de calor y heridas por el desplome de un falso techo. El fuego se desató el sábado por la noche en una vivienda de la avenida de Josep Tarradellas pero se extendió a dos pisos más, con grave afectación, y convirtió el patio de luces en una chimenea.
Los servicios de emergencias recibieron el aviso a las 9.15 de la noche. Varios testigos contactaron con el 112: las llamas devoraban un piso en la confluencia de la avenida de Josep Tarradellas con la calle de Pedrell. La espesa humareda era visible desde muy lejos.
La intersección se pobló poco a poco de dotaciones de emergencias. Llegaron tres unidades de la Policía Municipal y cinco dotaciones de Bombers y cuatro ambulancias. Agentes de los Mossos d’Esquadra se personaron en el cruce.
Había que desalojar rápido la zona, tanto el bloque de viviendas donde el fuego se había declarado como el edificio colindante. Decenas de vecinos debieron abandonar sus hogares. Otros quedaron confinados en las terrazas. Los que no tosían por haber respirado humo temblaban de angustia.
Agentes de la Policía Municipal habían cortado ya el tráfico de vehículos en la avenida, en sentido Norte, mientras los bomberos, después de cerrar el suministro de gas, se afanaban en intentar atajar un fuego descontrolado que había nacido en una de las plantas inferiores pero se propagaba con voracidad. Del piso donde se generó pasó a otro y a otro.
Bombero herido
En el exterior, las lenguas de fuego carcomían la fachada en la calle de Pedrell. En el interior fundían las galerías por el patio de luces, quemando lo que encontraban a su paso tanto en un edificio como en el contiguo. Lo bomberos trabajaban con denuedo para aplacar el fuego. Uno de los profesionales del cuerpo de emergencias acabó en urgencias de MútuaTerrassa, como algunos de los vecinos afectados por inhalación de humo. Según informó la policía, el bombero damnificado padeció un golpe de calor y el impacto de unos cascotes, pues un falso techo se desplomó. El humo se adensaba en las escaleras comunitarias. Reventaban los vidrios de ventanas.
Víctimas
Las víctimas, siete mujeres y cinco varones, tienen edades comprendidas entre los 18 y los 80 años. Aunque recibieron atención en centro sanitarios, ninguna de ellas presentaba gravedad, según las primeras informaciones de los servicios de emergencias..
Un arquitecto municipal fue alertado para que revisase los inmuebles. A medianoche del domingo, la mayoría de vecinos pudo regresar a sus domicilios. Los habitantes de los tres pisos más dañados no pudieron hacerlo.
¿Cómo empezó todo? Los Mossos d’Esquadra no descartan ninguna hipótesis, incluida la de la intencionalidad, y han abierto una investigación para esclarecer la génesis del fuego.