Es un molesto dolor de cuello que suele variar de intensidad en unas personas u otras. Desde una leve rigidez a un dolor severo agudo. La tortícolis es un trastorno frecuente en la sociedad moderna y urbana, sobre todo en personas que realizan trabajos muchas horas sentadas. Pueden ser de dos tipos: banales o espontáneas y traumáticas o congénitas. En el caso de las espontáneas su origen es debido a malas posturas al trabajar o dormir. Se trata de una contractura dolorosa que puede aparecer en cualquier momento, a consecuencia de una mala postura al sentarse delante del ordenador, al dormir de forma inadecuada sobre una almohada demasiado alta o al descansar junto a corrientes de aire, entre otras causas. Es común entre el personal administrativo cuando tiene costumbre de sujetar el teléfono entre la cabeza y el hombro. Una exposición contante al aire frío o bien un cambio de temperatura brusco también puede desencadenar este trastorno.
Por lo general, la tortícolis se manifiesta a través de dolor de cuello, en algunos casos extendido a la zona de la espalda e incapacidad de mover la cabeza por el endurecimiento y la tensión de los músculos del cuello. Supone además una afección importante en el caso de que el dolor se extienda hasta las extremidades superiores.
En el caso de las tortícolis traumáticas hablaríamos de una lesión en el cuello desencadenada por un traumatismo externo. Es muy común que su origen sea un latigazo cervical al recibir el impacto de un golpe trasero en el vehículo. También pueden haber causas congénitas o debidas a defectos en la formación ósea de la columna vertebral del feto durante el embarazo.
Esta patología presenta una alta incidencia en verano debido al aumento de la práctica deportiva y del riesgo de traumatismos. También perjudica una hidratación incorrecta o eliminar la sal de la dieta.
Cuando se trata de tortícolis espontánea, uno de los errores es colocarse un collarín o minerva. Sólo debería utilizarse bajo prescripción médica y si existe inestabilidad articular en las vértebras cervicales debido a algún trauma o accidente. Hay que ser precavidos con el uso de collarín porque cuando no está indicado puede llevar a que se prolongue el dolor y bloqueo muscular de esta dolencia. Además, puede provocar que los músculos se acomoden y al estar en reposo se debiliten.
En el caso de que sea una tortícolis moderada hay que acudir al médico traumatólogo para que valore la afectación. En principio indicará un tratamiento de analgesia con antiinflamatorios pero también será de ayuda visitar un fisioterapeutas. Las técnicas esenciales de la fisioterapia para erradicar este trastorno incluyen estiramiento, calor y masaje. La osteopatía también es efectiva para devolver la movilidad a la zona afectada.