El portavoz municipal Alfredo Vega quiso explicar ayer las razones del gobierno muncipal para mantener el modelo de gestión indirecta del bus en Terrassa mientras, al mismo tiempo, municipaliza el servicio del agua. "Las circunstancias no permiten abarcar los dos procesos a la vez", dijo, para detallar los argumentos en los que el equipo de gobierno basa su decisión de volver a convocar un concurso público para licitar la explotación de la red de autobuses urbanos.
El teniente de alcalde explicó que hay razones "circunstanciales" para no municipalizar el transporte público, como la falta de recursos humanos en el Ayuntamiento derivada de la tasa de reposición cero impuesta a los municipios hasta el pasado ejercicio. "Tenemos falta de plantilla y debemos dosificar", dijo.
El gobierno argumentó también la "incertidumbre" que supone para cualquier municipalización que el Gobierno central intente bloquear, vía presupuestos, la posibilidad de contratar personal procedente de concesiones. El gobierno central se opone abiertamente a las municipalizaciones y el ejecutivo de Ballart no quiere abrir un nuevo frente con el bus.
Decisión política
Vega dejó claro ayer que la decisión de convocar de nuevo el concurso del bus es estrictamente política. El informe que debía analizar los aspectos técnicos, económicos y de modelo de gestión "es genérico y no ha entrado en ese aspecto porque el gobierno ya ha tomado la decisión de no municipalizar el servicio", dijo ayer Vega.
A la pregunta de en qué momento exactamente ha decidido el bipartido licitar de nuevo la gestión del transporte público, Vega explicó que "se ha estado valorando y me hago eco de lo dicho por el teniente de alcalde de Territorio (Marc Armengol), que la decisión se tomó ayer (por el lunes) y que ya lo había comentado con los portavoces en la comisión de Territori".
El político confirmaba así la versión de los portavoces Xavier Matilla (TeC) y Carles Caballero (ERC), que aseguraron haber conocido la decisión del gobierno hace un par de semanas, circunstancia desmentida por el propio Armengol.
Dejar en manos de una concesionaria el transporte público no es igual que hacerlo con "un servicio básico como el agua", comentó Alfredo Vega, que puso en acento en la transparencia de la concesión. "En Tmesa ejercemos un control de la gestión, tenemos información al céntimo". No es el caso del agua, "donde tenemos el gobierno desde diciembre con serias dificultades para acceder a la información".