Día del espectador y día de estreno. Esas dos variables se conjugaron el jueves en la primera de las funciones que el circo Raluy Legacy ha ofrecido en nuestra ciudad, logrando una excelente acogida por parte de un público básicamente familiar, que ha celebrado especialmente el regreso del payaso Sandro Roque a la carpa.
Así se constató casi al principio del espectáculo, con el público ya apostado en sus localidades de tribuna o platea, con ganas de risas, de asombro, de aplausos y de desconexión.
Los cambios que el Legacy regala a su público, después del desdoblamiento de esta propuesta familiar en dos circos diferenciados -el Històric y el Legacy-, se hacen patentes desde los primeros minutos. La llegada inesperada de todos los artistas, vestidos con sus batas, antes de desaparecer de nuevo entre bambalinas, es el primer síntoma de que este circo presenta novedades con respecto al Raluy que conocíamos, y que comienzan por una imagen más cuidada, con la inclusión de novedosos elementos, con una banda sonora más trabajada y más adulta y con la consecución de un espectáculo que no pierde el ritmo: siempre pasan cosas en un tempo casi vertiginoso.
Los cambios son evidentes pero no radicales. La presencia de varios de los miembros de la familia Raluy, incluida la del patriarca Lluís, realizando algunos de los números más aplaudidos, dan idea del peso que el "legado" familiar (motivo del nombre de este circo rebautizado) tiene en esta nueva aventura.
El Legacy es un crisol de disciplinas, nacionalidades y talentos que trabajan al unísono en pos de la calidad del espectáculo, y a tenor de los minutos de aplausos que se llevaron los protagonistas en el desfile final, el objetivo está más que logrado.
La propuesta flaquea tan solo al principio con la presencia de dos funambulistas femeninas que, aún con caída incluida, logran arrancar aplausos entre el público. Son las únicas que ofrecen una actuación con obvias faltas de ortografía. El resto de propuestas se saldan con resultados prácticamente impecables; a destacar el artista bielorruso Pasha Voladas, un atleta con un espectacular dominio de las barras fijas y remarcables dotes para la danza (de tango, concretamente), y los Rockers, un equipo de acróbatas que a bordo de sus neumáticos ofrecen espectaculares saltos y un vibrante trabajo de acrobacias.
Mago locuaz
Los números del Legacy van aterrizando en la pista de la mano de Maxi, un locuaz mago y cómico con grandes dotes para fomentar el asombro y el entretenimiento. Y de Sandro, que acompañado casi siempre del Bigotes, insiste en su maestría para sacar las carcajadas más sonoras del público. Canta, juega con los malabares, dirige una obra de teatro con un escogido grupo de espectadores… Y se lleva aplausos y jaleos interminables. Muy cerca en lo que a carisma escénico se refiere le sigue Maxi, un personaje llamado a convertirse en una de las grandes bazas de la propuesta.
Ellos dan paso a propuestas que combinan vistosos malabares con fuego (de Arthur), los ejercicios aéreos (con el vistoso candelabro de Louisa Raluy o las telas de Kerry Raluy y Jean Christophe), los equilibrios imposibles del cubano Onel Reyes, o los arriesgados ejercicios de Niedziela y Emily, pertenecientes a la quinta generación de la familia Raluy que cada año acuden a Terrassa con propuestas bien distintas.
Otra de las novedades ha sido un muy trabajado desfile final, con una coreografía muy estudiada, apuntalada con la última salida del "cara blanca" Lluís Raluy interpretando una nostálgica melodía circense, un apunte que es casi una declaración de intenciones relativo al respeto a la tradición que aún perdura en este renovado circo.
Alternancia
Tal como explicó Maxi, el presentador y showman del espectáculo, el Legacy volverá dentro de dos años a Terrassa ya que los dos circos desdoblados se van alternando las localidades, año tras año.
El funcionamiento y el espectáculo son nuevos, incluso lo es en cierto modo la atmósfera en la que se envuelven las propuestas, y sin embargo permanece la esencia que la familia Raluy ha defendido durante años en los carromatos antiguos, en las fotos de despedida con los artistas en la entrada, al final de la función. Quienes quieran respirar el ambiente de esta troupe circense tienen la oportunidad de alojarse en una roulotte-hotel, con capacidad para un total de cuatro personas, que está en pleno funcionamiento.
Este fin de semana continuarán las funciones del Raluy Legacy, hoy a las cinco y a las 7.30 de la tarde, y mañana a las 12.15 del mediodía y una nueva actuación a las cinco de la tarde.