Terrassa se viste de modernista durante todo este fin de semana con motivo de la XV edición de la Fira Modernista en la que la colaboración de los comerciantes de la ciudad es fundamental. En este sentido, entre los muchos concursos que se desarrollan durante la feria, destaca el de ambientación de comercios y escaparates que organizan el Ayuntamiento de Terrassa y Terrassa Centre y que este año llega a la decimotercera edición. El principal objetivo de este certamen es el de implicar y promover el comercio local en una actividad tan relevante como la Fira Modernista.
La participación está abierta a todos los establecimientos comerciales situados en el entorno inmediato al espacio donde se realiza la feria, que este año tienen que estar decorados bajo la temática modernista durante toda una semana, desde el miércoles anterior al evento al miércoles posterior. De este modo, se visibilizan los comercios y se permite al público poder disfrutar y valorar esta iniciativa.
El comercio del centro y de barrios cercanos como Ca n’Aurell o Vallparadís es consciente de la gran proyección de la Fira Modernista. Este evento turístico y cultural es un gran escaparate ya que es visitado por miles de personas que quieren disfrutar de las actividades y revivir como era la ciudad de 1900. Por eso son muchas las tiendas que año tras año se inscriben al concurso, adornan los escaparates y se visten como lo hacían los comerciantes de principios del XX.
La ambientación de los locales es también un gran atractivo de la feria. Además, permite que el viaje al pasado parezca aún más real y auténtico. Y es que los visitantes se pueden recrear contemplando los escaparates de los establecimientos que se visten para la ocasión. Motivos florales, textiles, fotográficos o incluso musicales recuerdan cada año como era la vida comercial de hace un siglo y hacen más agradable la paseada por un centro de época. Creatividad, imaginación y buen gusto son los denominadores comunes de muchos de los participantes del concurso de ambientación de comercios y escaparates.
Uno de los establecimientos que se ha inscrito al concurso de este año es la mercería La Esmeralda, una tienda centenaria situada en la calle de Sant Pere. En este comercio suelen decorar su escaparate cuando llega la Fira Modernista. Su entusiasmo y dedicación han sido premiados ya dos veces por el jurado del concurso; en 2009 y en 2014 se alzaron con el primer premio.
“Estamos situados en el entorno donde se celebra la feria. Además, tenemos un fondo muy amplio, con muchas cosas que pueden exponerse y la Fira Modernista es una buena ocasión”, dicen desde la mercería. Cada año intentan variar un poco la ambientación. Suelen usar material que vendían hace años como pasamanería, carretes de hilos, vestidos, varias piezas de ropa, algún libro antiguo y a veces también algún mueble pequeño. Además, los dependientes acostumbran a vestirse de época durante el fin de semana en el que se desarrolla la feria.
Tomar conciencia de la historia
Des la tienda consideran que Terrassa dispone de un entorno adecuado para desarrollar un evento como este y que la Fira Modernista es una buena oportunidad para proyectar la ciudad y atraer público procedente de fuera de Terrassa. Además, creen que se trata de un evento interesante para “tomar conciencia de nuestra historia” y “arraigar la gente a la ciudad”.
Otro de los comercios que participa este año en el concurso es la farmacia J. Del Cacho, que el año pasado quedó en primera posición. También conocida como la farmacia Albiñana, el negocio está ubicado en un edificio modernista situado en el Raval de Montserrat y protegido como bien de interés cultural. “En un escaparate usamos productos de farmacia como botes de sustancias, una báscula y libros de formulación, y en el otro ponemos objetos de época como una plancha de carbón, abanicos y quinqués”, dice Judit Codina, quien cree que Terrassa es “una ciudad con mucho modernismo y es bueno poner en valor todo esto patrimonio y atraer a visitantes”.
En la misma línea, Joan Paloma opina que “es una grandiosa iniciativa”. “Tenemos que hacer cosas diferenciadoras para crear un polo de atracción y que nos visiten”, opina el responsable de Milar Paloma, donde los trabajadores también se visten de época durante la feria.
Este negocio con más 150 años de historia ha participado en todas las ediciones del concurso. “Estamos muy arraigados al centro y cualquier cosa que se haga es beneficiosa para todos. Creemos que tenemos que estar presentes en la feria”, comenta Paloma.
“Este año hemos hecho una decoración muy innovadora. Hemos cogido un televisor, una cocina económica, un radiotransmisor y un aspirador y preguntamos cuál de estos electrodomésticos no fue inventado durante la época modernista”, explica el comerciante. Así, los visitantes pueden jugar a adivinarlo y entrar después a la tienda para coger uno de los folletos informativos que han preparado desde Milar Paloma y comprobar si han acertado.
Puede que este juego guste a muchos visitantes y también al jurado del concurso que, formado por representantes del Ayuntamiento, Terrassa Centre y una entidad vinculada a la Fira Modernista, valorará la originalidad, el uso de material de época (original o réplica), la calidad artística, el diseño y el grado de vinculación a la temática modernista de la ambientación de todos los comercios participantes para escoger a los tres mejores. El veredicto se hará público durante la semana posterior a la finalización de la Fira Modernista.