Comerciantes, restauradores, bares, mayoristas y grandes distribuidores permanecen atentos a la repercusión en las ventas que tendrá la entrada en vigor del impuesto sobre las bebidas azucaradas. Ayer, primer día de apertura comercial en que se aplicaba el tributo, los comercios apenas notaron cambios en el comportamiento del consumidor.
Así lo atestigua la tienda que la cadena Mercadona tiene en Rambla d’Egara. Los supermercados de la firma informan a sus clientes desde la semana pasada de la aplicación, a partir del 1 de mayo, del impuesto sobre el precio final de las bebidas, a pesar de lo cual las preguntas se sucedieron ayer durante toda la jornada. "Los clientes tienen curiosidad sobre si se ha aplicado ya la subida y cómo repercute en cada producto -explican desde el establecimiento-, pero acaban comprando igual".
Tampoco en el hipermercado Esclat de la avenida de Josep Tarradellas percibieron ayer una retracción en las compras de refrescos, batidos, zumos de frutas o bebidas energéticas, un comportamiento bastante generalizado en el comercio.
Con el tributo, que penaliza más las bebidas más azucaradas, la conselleria de Hisenda de la Generalitat pretende crear una nueva cultura impositiva que decante el comportamiento del consumidor hacia alimentos más saludables. Ayer mismo el secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, anunciaba la intención de su departamento de aplicar un impuesto similar a otros productos como la bollería industrial con exceso de grasas saturadas y azúcares.
"El objetivo del Govern es corregir determinados hábitos, no tanto de los consumidores como de los propios fabricantes", apuntaba ayer mismo Salvadó.
En Terrassa, la aplicación del impuesto está siendo mucho más generalizada en los supermercados que en bares y restaurantes. Puede influir en ello que el impuesto debe repercutirse a partir de la fecha en que el punto de venta ha comprado el producto a su distribuidor, lretrasándo unos días los cambios de precios.
Algunos empresarios intentan sacar margen de la medida, vendiendo productos que compraron antes de la aplicación del impuesto a un precio corregido al alza, pero el grueso del comercio no ha hecho acopio de producto para sacar partido de la coyuntura. Así lo confirman mayoristas como Exclusivas Egara o la distribuidora Sunmy.
Ambas aseguran haber registrado incrementos de ventas propios de la Semana Santa y del puente largo del 1 de mayo. Abril es un mes en el que la demanda aumenta tradicionalmente, aseguran, y nada hace pensar a estas alturas maniobras para acumular stock de cara a la aplicación del incremento de precio.
En el sector de la restauración, el ambiente es de inquietud por la repercusión que un incremento de precio en la venta final de las bebidas edulcoradas pueda tener en un sector tan sensible. "La semana pasada enviamos una comunicación a los agremiados para pulsar su opinión y están inquietos", explica Pilar Puigmartí, gerente del Gremi Empresarial d’Hostaleria de Terrassa i comarca. Los restaurantes y bares que han respondido a la nota del gremio anuncian que asumirán el coste del impuesto y no lo repercutirán hasta enero de 2018, cuando revisen precios.
El gremio ha propuesto una entrevista con los distribuidores para aclarar las dudas sobre la aplicación del nuevo tributo. Restauradores y comerciantes son sujetos pasivos del nuevo tributo; son los grandes distribuidores y los mayoristas quienes deben liquidar el impuesto a la administración. Los distribuidores deben incorporar a la factura del vendedor el código IBEE con que se identifica el nuevo impuesto. El vendedor lo repercute en la bebida sin detallarlo en el tiket de venta.
Mejor prevenir
Finalmente es el consumidor el que asume el aumento de precio derivado del impuesto. La Unió de Consumidors de Catalunya (UCC) advirtió en su momento que son los usuarios finales quienes acaban soportando la presión fiscal en sus compras de refrescos, bebidas energéticas y otras bebidas envasadas y azucaradas.
La entidad propone minimizar los efectos sobre la salud de las bebidas adulcoradas con tareas preventivas sobre las consecuencias de consumir este tipo de productos y vaticina:"Nos podemos encontrar en muchas situaciones sobre lo que harán los consumnidores. Muchos seguirán comprando los productos pese al incremento de precio y otros buscarán alternativas como productos con 0% de azúcar".
Ese es precisamente el objetivo de la medida, que el consumidor empuje con su elección a los productores a reducir la presencia de azúcares añadidos.