Fue una clase especial, silenciosa, pero muy comunicativa y llena de complicidades. Andrea Espigares, Sacha Bosoka y Jala Triki, del Institut Montserrat Roig impartieron un taller de lengua de signos a 21 alumnos de 6º de primaria de la Escola El Vapor. Las tres chicas, que tienen entre 16 y 19 años, son sordas por lo que se comunican a través de un lenguaje propio basado en la gestualización de las manos, especialmente, y también del rostro y del cuerpo. Tras presentarse, las tres alumnas dieron comienzo a la clase. Se abrió con el abecedario para seguir con los colores, los días de la semana, los números, el saludo, los meses del año, las aficiones más comunes… Andrea, Sacha y Jala enseguida notaron que los niños de primaria de El Vapor seguían la lección singular, si se le puede llamar así, a muy buen ritmo.
Este diario, que toma nota de la experiencia, lo pudo comprobar y confirmar que la interacción fue total. Las alumnas de FP retaban a los pupilos (entre ellos un niño también sordo) tener un domino básico de esta lengua y los pequeños lo consiguieron. E incluso fueron más allá y algunos de ellos se atrevieron a construir palabras y alguna que otra frase.
El taller, pues, finalizó con éxito pero este éxito no es fruto de dos horas ni de un día. El Institut Montserrat Roig y El Vapor son centros que, como la Escola Pere Viver, escolarizan a niños sordos y decidieron que sería bueno establecer puentes dado que están en la misma zona de adscripción escolar. Equipos directivos y de atención a estos alumnos programaron una serie de actividades que se concretan en un taller de lenguaje de signos y para 6º de primaria y la narración de cuentos con un trabajo específico de vocabulariopara infantil y 1º de primaria. La experiencia está resultado muy positiva para todos en tanto que se fomenta la inclusión y la socialización.
Para la directora de El Vapor, Dolors Moya, es un programa que permite compartir la diversidad. "En los dos centros hay alumnos con dificultades para oír pero plenamente integrados gracias al personal especializado en logopedia y en lenguaje y audición. Pero es bueno que todos los alumnos conozcan que esta diversidad, como otras que se dan en el aula, existe por lo que nos pareció muy apropiado que las actividades se realizaran con el alumnado ordinario".
Proceso de reeducción
El Vapor y el INS Montserrat Roig acogen este curso a 14 alumnos, cuatro de ellos están en primaria en el primer centro y diez en secundaria o posobligatoria en el instituto. En El Vapor, los cuatro alumnos que hay este curso (uno en infantil y tres en primaria), siguen un proceso de reeducación y soporte, pueden oír y hablar bastante bien por lo que no utilizan signos, salvo en algún momento. En el Montserrat Roig, en cambio, los diez alumnos presentan grados de la patología diversos por lo que ese centro utiliza la lengua para sordos.
Este grupo de alumnos de El Vapor y del INS Montserrat Roig cuenta con logopedas y también con maestros de audición y lenguaje (los Mall) procedentes del Centre de Recursos Educatius per a Deficientes Educatius (Creda) del departamento de Ensenyament. En el caso de El Vapor hay un tandem formado por la logopeda Maite Martín y Ariadna Simón y en el del INS Montserat Roig por Natalia Lagunas y Toni Cabanillas.
Factores
El grupo de especialistas explicó que se trata de llevar a cabo un programa de apoyo específico a cada alumno según sus necesidades e intentar que pueda progresar lo máximo posible. Logopedas y docentes especialistas subrayaron que en este progreso influyen muchos factores. "No todos los niños sordos evolucionan igual. Afecta la edad, el nivel de sordera, los estímulos, la capacidad, si ha llevado un implante desde pequeño por lo que cada uno requiere unos recursos particulares", señaló Natalia Lagunas, para quién cualquier avance que experimenten es de por sí muy importante.