Salió con su equipaje de su ciudad natal, Granada, a la edad de 17 años para viajar a Nueva York. El motivo era cumplir con su sueño: ser bailarina. En la ciudad de los rascacielos estudió danza en la prestigiosa Escuela de Martha Graham. Desde allí regresó a España, fue a Berlín y, finalmente, se quedó en París donde fundo su propia compañía. En los Campos Elíseos de París estrenó sus "Déesses et démones", un homenaje a la mujer, que hoy, a las ocho de la tarde, interpretará junto a Maria Alexandrova, estrella del Teatre Bolshoi, en el Centre Cultural Terrassa.
¿Cuál es el relato de la obra coreográfica "Déesses et démones" ?
Es una obra muy personal, un homenaje a la mujer. Era una propuesta que tenía en mente hacía tiempo y que quería interpretar junto a otra bailarina que hubiera vivido la danza como yo desde pequeña pero que su estilo fuera totalmente diferente. Es por ello que me fui al Ballet de Bolshoi a la búsqueda de Maria Alexandrova. Le comenté la idea, le gustó y nos pusimos a trabajar.
¿Cuál fue el resultado?
Una grata experiencia. Esta obra está llena de magia, de complicidad. Maria y yo somos opuestas. Ella es de clásico y yo he viajado por el flamenco, el "hip-hop", el contemporáneo, el circo… Nuestro equipaje es diferente pero las dos hemos aportado mucho. La obra es un viaje por muchas mujeres, su forma de ser. Recurro a la mitología femenina pero también a las coreógrafas de danza. Y todo ello se plasma en el escenario a través de enlazar diferentes lenguajes coreográficos como la danza clásica, contemporánea, flamenca, africana…
¿Cómo nació su afición por la danza?
Yo siempre quise bailar aunque empecé despuntando en gimnasia. A los 12 años formaba parte del equipo español de gimnasia y a los 15 decidí que quería encaminarme hacia la danza. Con recién cumplidos los 17 años me fui a Nueva York para estudiar durante cinco años en la escuela de Martha Graham pasando también por las escuelas de Alvin Ailey, entre otros. Mi formación en danza es contemporánea -mi compañía lo es- pero me interesan todos los estilos. Me encanta el clásico, el flamenco, el "hip-hop"… Poder bailar todo te da mucha libertad.
Usted decidió hace más de veinte años instalarse en París y fundar su propia compañía allí. ¿Tomó la decisión correcta?
Sí, ya lo creo. En España es muy difícil crear y consolidar una compañía de danza. Sólo hay que echar una mirada para ver que la mayoría de bailarines y coreógrafos españoles de gran nivel están en el extranjero. Me hubiera gustado echar raíces en mi país -yo soy de Granada- pero era demasiado arriesgado. En París, mi compañía, que lleva mi nombre, ha crecido y hace tiempo que gira por todo el mundo. Hay dos formaciones, una más contemporánea y otra más de danza urbana. Francia te da muchas oportunidades. Somos una compañía privada pero en la producción de espectáculos contamos con el apoyo de teatros públicos del país.
Sus giras incluyen Catalunya y también Terrassa, donde abrió el Festival Terrassa, Noves Tendències, TNT, del Caet en 2013.
Sí, solemos venir bastante a Catalunya. Inauguramos el Festival TNT con "Robot". En Catalunya solemos actuar a menudo en el Mercat de les Flors y en festivales de danza. Estoy contenta de regresar a Catalunya. En esta comunidad catalana también he trabajado con la compañía La Fura de Baus.
Usted es bailarina y coreógrafa. ¿Cómo se ve la danza entre bastidores?
Diferente pero, a veces, siento que es más duro. Yo hace tres años que no bailo o, al menos, no lo hago como antes. Ahora estoy más centrada en la creación no sólo en danza sino también en otros campos artísticos como el cine, el audiovisual, el circo y otros. Pero esta obra que ayer presentamos en Sant Cugat y hoy en Terrassa me ha conquistado para volver al escenario. Y es que estas "Déesses et démones" es algo muy íntimo y personal.