A partir de verano la concejalía de Servicios Sociales inciará en Terrassa la implantación de las tarjetas monedero como alternativa al Rebost Solidari. El proyecto persigue el objetivo de que las familias sin recursos para alimentarse y capaces de gestionar su economía abandonen el círculo asistencialista y tomen la iniciativa de sus compras en un entorno normalizado. El año pasado Creu Roja realizó una prueba piloto con 60 usuarios y en junio arranca la implantación del modelo con 100 nuevas familias, a las que el próximo año 2018 se sumarán entre 400 y 500 núcleos familiares más.
Las tarjetas monedero funcionarán en Terrassa como en otras ciudades. Tendrán una carga mensual de 100 euros que será vigente mientras la familia mantenga su situación de necesidad, haga un uso correcto y participe activamente en un programa socioeducativo de talleres de alimentación, hábitos de consumo, economía doméstica y ahorro energético.
Los técnicos de servicios sociales escogerán las familias que utilizarán la tarjeta monedero y los criterios de selección serán los mismos que se utilizan para la derivación al Rebost Solidari. Tendrán prioridad
los usuarios que carezcan de red familiar y apoyo social, sus ingresos esten por debajo del Indicador de Renda de Suficiència de Catalunya –7.967,73 euros anuales o 569,12 mensuales– y tengan menores a su cargo.
Para garantizar un buen uso de las tarjetas, los técnicos sociales tendrán en cuenta que los usuarios muestren habilidades en su manejo, capacidad para autogestionarse y no se encuentren en situación de pobreza crónica.
Además, el programa prevé incorporar a la valoración indicadores agregados positivos que, si los recursos lo permiten, facilitarían el acceso de nuevas personas a la prestación. serán los ciudadanos en paro y con difícil integración social, con falta de autonomía personal, las víctimas de malos tratos, las familias monoparentales. También las personas con deudas hipotecarias o de alquiler, en situación de infravivienda, dependientes, discapacitadas o con problemas graves de salud.
“El Rebost es una solución de emergencia, pero no la ideal–explica Noel Duque, concejal de Servicios Sociales–. Es un proceso desagradable para muchas familias, mentalmente duro, bloqueante. La tarjeta monedero permitirá abandonar esa dinámica y dignificar la situación de muchas personas en situación de pobreza puntual”.
El Ayuntamiento de Terrassa ha llegado a un acuerdo con la cadena Bon Area, en cuyos supermercados podrán comprar alimentos frescos, conservas y bebidas los usuarios de las tarjetas monedero. Habrá un seguimiento de la ayuda económica y la factura mensual permitirá comprobar si se hace un buen uso de la aportación social.
“Hay familias que atraviesan un momento económico crítico pero siempre se han sabido administrar bien. El seguimiento responde a que se trata de una ayuda pública”. Noel Duque insiste en que el principal objetivo es que los usuarios, en un entorno más normalizado, puedan recuperar el ánimo y estén más predispuestos a afrontar la búsqueda de un empleo. “En realidad la tarjeta no es una ayuda, es una herramienta que permite diseñar un plan de trabajo para la inclusión social y laboral”.
La renta de ciudadania
En el proyecto de la tarjeta monedero la concejalía de Servicios Sociales trabaja junto a Creu Roja, que ya ha utilizado la tarjeta monedero en proyectos propios y ha impulsado programas de economía doméstica destinados a familias con escasos recursos.
Ahora, los técnicos municipales seleccionarán los usuarios de las tarjetas monedero y la asamblea local programará los talleres socioeducativos. “Creu Roja ha hecho un trabajo magnífico –explica Duque–. Si el programa abarca a un mayor número de familias en el futuro pediremos apoyo a otras entidades del tercer sector”.
La entrada en vigor de la Renda Garantida de Ciutadanía, que el Govern de la Generalitat ha incluido en el presupuesto de 2017, pondría fin a la tarjeta monedero en la ciudad de Terrassa. La prestación pretende garantizar un ingreso mínimo a las personas en situación de pobreza que les permita una vida digna.
De momento el Ayuntamiento de Terrassa destinará 120 mil euros a financiar las primeras 100 tarjetas tras la prueba piloto, una partida que se cubrirá con los fondos para la ayuda a la emergencia. La dotación aumentará en 2018 cuando el censo de familias incorporadas al programa se multiplique por cuatro o cinco. Todas ellas dejarán de ser usuarias del Rebost Solidari, que en 2015 atendió 3.600 familias en la ciudad.
“Este es un paso más para migrar del actual modelo asistencial a uno más proactivo. La tarjeta permite trabajar con las familias. Además, supondrá destensionar el Rebost Solidari”.
Noel Duque se ha fijado el objetivo de que la mitad de los usuarios del Rebost puedan acabar utilizando la tarjeta. Si entra en vigor la Renda Garantida de Ciutadania ya no será necesario, insiste, porque buena parte de los usuarios del banco de alimentos recibirán esa prestación a través de la nueva renta de ciudadanía”.