La tarjeta monedero se ha demostrado como una herramienta eficaz desde el punto de vista social y también frente a la picaresca. Su aplicación, además, deberá afrontar la falsa rumorología que atribuye a este tipo de iniciativas sociales un dispendio de recursos públicos en favor de unos en detrimento de otros.
“No podemos frenar los rumores -comenta Noel Duque-, pero sí garantizar que estas tarjetas sólo se recargan si se comprueba que el beneficiario la necesita, la ha utilizado correctamente y participa en los talleres”. Los receptores que tengan la tarjeta dejarán de acudir al Rebost y los servicios sociales realizarán un seguimiento continuado de que se hace un buen uso. Los supermercados adheridos, además, tendrán información detallada de las compras financiadas con la tarjeta, un filtro más para conocer que se utiliza adecuadamente y cumple con todos los objetivos, también los vinculados a una alimentación saludable.
Durante la primera experiencia piloto en Creu Roja, algunos usuarios salieron del programa por comprar artículos no autorizados (alcohol, chucherías, bolsas de plástico, y productos no alimentarios) o incumplir con el plan de trabajo. Son casos muy puntuales, comentan desde la entidad. El proyecto pone el acento en la alimentación equilibrada, sobre todo la de los más pequeños de la familia. Una dietista supervisar la dieta.
