En la asamblea local de Creu Roja tienen claro que la primera experiencia piloto con tarjetas monedero ha sido un éxito. “Nos ha sorprendido el buen uso que se hace y el nivel de cumplimiento del plan”, comenta Sergio Martínez, responsable de comunicación de la entidad. La asamblea local ya había utilizado esta herramienta en proyectos propios como las becas comedor en verano y, ahora, pone el acento en su contribución a mejorar el estado anímico de las personas que participan en el programa, la mayoría familias víctimas de una pobreza puntual, no cronificada y derivada de la pérdida de empleo.
Las primeras 60 familias han participado en un programa integral que incluye, además de talleres para una alimentación saludable, la incorporación a planes de formación y de inserción laboral. Creu Roja realiza un trabajo individualizado y transversal, redirigiendo a los usuarios hacia programas de formación y empleo.
“La vuelta al supermercado supone un regreso a la normalidad y un estímulo emocional para personas que no veían la luz al final del túnel -explica Sergio Martínez-. Es el caso de una pareja joven en la que ambos perdieron el empleo coincidiendo con la llegada de su primer bebé. Todo se les hundió de repente. Tras participar en el programa ella encontró empleo y eso les permitió retomar su vida y salir del proyecto. No se lo creían”.
Creu Roja continuará colaborando con el Ayuntamiento en el programa de las tarjetas monedero. En base a la experiencia de la prueba piloto, la entidad propone incorporar perfiles más jóvenes al proyecto que garanticen una mayor rotación de casos.