La Universitat Oberta de Catalunya alertaba hace unas semanas del elevado porcentaje de casos de tuberculosis que no se diagnostican en España, donde cada año la bacteria de la enfermedad infecta a 100 mil personas, el 80% de las cuales no acuden al sistema sanitario.
En la ciudad, el Hospital Universitari Mútua Terrassa y el Hospital de Terrassa atienden anualmente poco más de 50 enfermos de tuberculosis. La patología, muy presente en el imaginario colectivo de la ciudad, que durante décadas albergó un hospital estatal de tuberculosos en el Sanatorio (hoy Parc Audiovisual), está estabilizada tras años de progresión a la baja. En este momento, la prevalencia de la tuberculosis en Terrassa se sitúa en 15 casos por cada 100 mil habitantes, porcentaje similar a la media española, pero muy por encima de la incidencia en países como Francia (7,36), Alemania (5,56) o los Países Bajos (4,89).
Catalunya cuenta con un plan de detección y control de la enfermedad que ha permitido frenar el avance de la tuberculosis y evitar la proliferación de enfermos ajenos al sistema sanitario. Los CAPS tienen protocolizado un estudio de contactos que se activa con la detección de un paciente infectado y rastrea entre familiares, amigos y compañeros de trabajo para descartar posibles contagios. La Unitat de Vigilància Epidemiológica del Vallès Occidental i Vallès Oriental , con sede en Sant Cugat, sigue de cerca la evolución de la enfermedad y lleva a cabo campañas preventivas, por ejemplo, en los centros educativos.
La detección precoz
Los hospitales egarenses han visto como la tuberculosis repuntaba ligeramente durante los años de la crisis, para volver a la senda de la estabilidad en los últimos ejercicios. “Son importantísimos los programas de detección precoz y la existencia de un buen sistema de alerta – comenta el doctor Xavier Martínez Lacasa, médico adjunto a la Unidad de Control de la Tuberculosis del Servicio de medicina interna HUMT-. el problema es el tiempo que tarda el paciente en consultar o el sistema sanitario en detectar ese nuevo caso”.
La enfermedad afecta sobre todo a personas de edad avanzada, por la bajada de defensas, a pacientes con VIH, diabetes, tabaquismo, insuficiencia renal y el riesgo se acentúa en entornos degradados, con hacinamiento y poca higiene. “En esos casos los pacientes tardan más en llegar al sistema sanitario y tienen mas problemas para seguir el tratamiento”, comenta el doctor Joan Tort Brutau, adjunto a Medicina Interna del Hospital de Terrassa. El problema se acentúa entre los inmigrantes sin papeles, jóvenes y con barrera idiomática, explica el doctor Martínez Lacasa.
Las estadísticas revelan que la incidencia de la enfermedad es cada vez mayor entre la población inmigrada, especialmente entre las comunidades procedentes de países donde la tuberculosis está más extendida y carecen de planes preventivos. En el HUMT la patología afecta en un 55-60% a población extranjera y en el Hospital de Terrassa la incidencia se ha disparado los últimos años entre los inmigrantes, que ya son el 70% de los pacientes tratados de tuberculosis.
La detección precoz es vital para frenar el avance de una enfermedad que hoy “se cura al 100% si se toma bien la medicación”.
La comunidad científica es consciente que el contagio no se puede evitar por completo y pone el acento en el desarrollo de una vacuna terapéutica y un prebiótico para atenuar el riesgo de adquirir tuberculosis activa.
En paralelo, Mútua participa activamente en la investigación de tratamientos más cortos en el tiempo. Actualmente las medicaciones oscilan entre 6 y 9 meses y el objetivo es recortar ese plazo.
LA ENFERMEDAD
¿Qué es? Es una enfermedad infecciosa provocada por un bacilo. Se caracteriza por la formación de tubérculos o nódulos en los tejidos infectados. Afecta especialmente a los pulmones.
¿Cómo se transmite? A través del aire, habitualmente por la tos.
Supervivencia. La enfermedad se cura en prácticamente todos los casos.