La sacudida causó desperfectos en baldosas de un edificio adyacente. Tal fue la magnitud del hundimiento de un techo ocurrido el sábado en Ca n’Anglada. No hubo heridos, peró si un ataque de ansiedad en una de las víctimas, una de las seis personas que residían en la casa afectada directamente por el desplome. Los seis damnificados fueron desalojados y pasaron la noche en otro sitio.
Eran las 8.30 de la tarde. El sistema 112 extendió el aviso a los servicios de emergencias: a la policía, los bomberos, los equipos sanitarios. Alerta en la calle de Sant Crispí, en el barrio de Ca n’Anglada: se había oído un estruendo mayúsculo, producto de un hundimiento.
Había gente atrapada bajo los escombros, según indicaban algunas de las informaciones llegadas a la policía. Por fortuna, esa hipótesis quedó descartada una vez los bomberos inspeccionaron el edificio y se cercioraron de que no se registraron lesionados. El derrumbe se había producido en una de las habitaciones. Allí cayó el techo y nadie fue alcanzado por el desplome.
Desalojo
Una mujer sufría un ataque de ansiedad cuando los bomberos y los guardias hablaron con ella. A pesar de su estado, informó de que residía allí, en la casa dañada, junto con otras cinco personas.
Todos los afectados tuvieron que abandonar el edificio, los que allí estuvieren, o seguir fuera, los que ya lo estaban. Se hacía perentorio el desalojo a la espera de evaluar los daños y, sobre todo, los riesgos. Los bomberos fueron los primeros técnicos en revisar los desperfectos y analizar estructuras y grietas, pero después un arquitecto del Ayuntamiento inspeccionó también la finca para determinar su estado y dictaminar si se daban peligros estructurales para otros inmuebles o para los transeúntes, para el exterior.
Según señaló la Policía Municipal, el técnico descartó que existiese riesgo para edificios adyacentes o para la vía pública. Sí se detectaron, sin embargo, repercusiones del derrumbe en una casa colindante; esos efectos parecían superficiales, toda vez que se localizaron en las baldosas de la cocina.
La noche fue larga en ese tramo de la calle de Sant Crispí, junto a la esquina con la de la Mare de Déu del Carme. Agentes de la Policía Municipal cortaron el tráfico en ese sector, desviando la circulación por otras vías de Ca n’Anglada, para acondicionar un perímetro de seguridad y dejar el camino expedito para la entrada y salida de los vehículos de emergencias: tres dotaciones de bomberos y otras tres del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM).
La mujer que padeció el ataque de ansiedad fue atendida. Después, junto a los otros cinco moradores de la casa, debió marcharse de allí a la espera de acontecimientos sobre el estado del inmueble. Todos los afectados quedaron realojados en el domicilio de un familiar.