El científico terrassense, Samuel Sánchez Ordóñez, doctor en Química por la Universitat Autònoma de Barcelona y profesor de investigación ICREA en el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC), donde lidera el grupo nanorobots, ha logrado el Premio Nacional de Investigación al Talento Joven 2016. Sánchez, que recibirá el galardón el próximo martes en un acto que se celebrará en el Teatre Nacional de Catalunya, se muestra complacido por el nuevo reconocimiento, así como la oportunidad que le da el IBEC de realizar su trabajo.
Nuevo premio de investigación en dos años. El primero fue de la Fundació Princesa Girona y ahora de la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació. ¿Satisfecho?
Estoy contentísimo. La competencia es muy grande, hay magníficos investigadores en Catalunya y eso le aporta más importancia aún. La Fundació Catalana per la Recerca i la Innovació aporta mucho prestigio, reconocimiento y visibilidad. Ya van varias instituciones que reconocen el esfuerzo y el trabajo que tanto yo, como mi grupo en colectivo ha realizado en los últimos años, y esto siempre es un honor.
¿Los premios son un estímulo y también una responsabilidad?
Sí, me ratifico en ello. Estamos en boca de la gente, cada vez somos más "públicos" y cada vez imagino que la gente esperará más de nosotros. Siendo tan competitivo como soy, eso me motiva aún más. Es un estímulo en mi carrera y me digo a mi mismo que sí, valió, y vale la pena todo lo que haces, pero no te relajes, sigue así o mejor.
En 2015 dejó el Instituto Max Planck de Stuttgart para incorporarse al Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC) en Barcelona. ¿Ha valido la pena?
Bueno, a efectos reales aún sigo vinculado al Max Planck hasta finales de 2017, gracias a una cooperación del mismo con el IBEC-ICREA. La idea es hacer una transición cuidadosa e inteligente, ya que aún tengo investigadores en Stuttgart y no queremos romper el ritmo de sus investigaciones ni parar contratos en marcha. Pero, volviendo a la pregunta… Por supuesto que valió la pena. El programa ICREA me da un contrato de muy alta reputación -soy el profesor ICREA más joven de los más de 250-, trabajo estable -cosa rara hoy en día en ciencia-, y me permite trabajar en cualquiera de los centros cerca de Catalunya, que en mi caso ha sido el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC).
¿Son buenas las condiciones?
Sí, este instituto me da unas condiciones cada día mejores para trabajar a alto nivel, y mi grupo ya ha crecido hasta 22 miembros en un año y medio. Me siento muy querido en IBEC. Otro aspecto muy importante ha sido la vuelta a casa. Solo por estar cerca de mi familia y mis amigos y que mis hijos disfruten de sus abuelos (y viceversa), la vuelta valió la pena. Porque la estabilidad en casa, da la tranquilidad para poder centrarse en un trabajo de que demanda tanta concentración y mente fresca para innovar. Además, si no hubiera vuelto, muchos de estos premios y reconocimientos no habrían llegado.
Usted está especializado en minirobots para diferentes aplicaciones, como en el campo médico y medioambiental. ¿En que estado se hallan estas investigaciones? ¿ Avanzan a buen ritmo?
Avanzan, no me quejo, tengo un grupo muy motivado y siempre hay algo nuevo que contar. En el campo médico, estos nanorobots están en un estadio prematuro, ya que faltan muchas pruebas antes de que se puedan aplicar realmente. Hemos conseguido que los nanorobots se muevan con glucosa y urea (que tenemos en nuestro cuerpo) por lo que no haría falta inyectar el combustible. Ahora queremos ver cómo se mueven en medios viscosos y en estructuras 3D. En el campo medioambiental, tuvimos un "boom" grande con nuestro trabajo de limpieza de metales pesados y en breve publicaremos otros avances matando bacterias. Estamos en proceso de selección de 1-2 aplicaciones con interés industrial, para enfocarnos en los próximos 12 meses. Esto está subvencionado por un proyecto de "prueba de concepto" de la Unión Europea.
¿Tiene otros proyectos o líneas de innovación en mente?
Tenemos muchos otros proyectos en nuestro laboratorio, de fundamental a aplicados, desde creación de bio-sensores flexibles, estudio de microrobots en chips de microfluídica, hasta Bioimpresión de células musculares en 3D para crear lo que llamamos "BioBots".
¿Se siente a gusto en el IBEC? ¿ Dispone de los recursos necesarios?
Sí, como dije antes, me tratan muy bien en IBEC. Justamente este mes, hemos duplicado el espacio de laboratorio que IBEC nos asignó inicialmente ya que hemos crecido muchísimo en el último año y traído muchos proyectos. Eso es un detalle a valorar y agradecer a la dirección de IBEC que siempre ha apoyado mucho. Además, como IBEC recibió la acreditación Severo Ochoa de Excelencia y esto trajo consigo posibilidades de contratar estudiantes de doctorado y doctores en programas internacionales. Mi grupo ha conseguido varias de estas posiciones, lo que seguramente no habría conseguido en otro instituto. Claro, no podemos comparar con la inversión que hace un instituto como el Max Planck en infraestructura y equipamiento, pero esto no es culpa de IBEC, es problema del sistema de institutos (la inversión que le llega de Catalunya y de España aún está muy lejos de lo que hay en Alemania). Pero eso ya lo sabía, no podía comparar con el lugar de dónde venía, tanto Stuttgart, Dresden o Japón. Alguien me dijo un día que "quizás has vivido en una burbuja durante años. Ahora esto es lo normal".
¿Echa en falta, pues, alguna cosa de su etapa en el extranjero?
La inversión del Gobierno, ya sea el central como de la Generalitat, por supuesto. Allí, en lugar de cortar la inversión en tiempos de crisis, la aumentaron. Aquí, parece que no les importe o no sepan el daño que están haciendo y repercutirá en el futuro. Eso me parece una falta de respeto y una pena. Allí se nos motivaba a escribir tantos proyectos como ideas tuvieras, cuantos más mejor. Aquí solamente puedes tener un proyecto del Ministerio activo, da igual que tengas 10 ideas. Tienes que encontrar otras fuentes de financiación para esas otras ideas, que a veces no es tan trivial. Además, en Alemania si pides una cantidad, la respetan, porque reconocen que lo has pensado y presupuestado acorde a tus criterios de experto. Aquí, pides por ejemplo 100 y te dicen, " nos gusta tu proyecto, pero te damos 70". ¿Cómo vamos a hacer ciencia de calidad? Ahora entiendo aquello de "café para todos" que no entendía cuando estaba fuera. Sin contar el retraso monumental que ha habido desde este lío político que hemos tenido. Y esto te lo dice la administración, no tus colegas científicos que han evaluado. Me dan ganas de decirles: "tenéis que vivir con el 30 por ciento menos de lo que ganas…yo creo que puedes!".
Es amante del básquet. ¿Ha conseguido recuperar este deporte?
Lo sigo siendo pero lo he aparcado por mi familia y mi salud. De hecho, cuando miro atrás, alucino en cómo pude hacer todo lo que he hecho en el trabajo y luego salir cuatro veces por semana a entrenar y dejar a mi familia en casa, en un país extranjero, solos. Ya no me sentía bien, por eso ahora si tengo un rato, lo paso y lo disfruto con ellos.