Lluís Casado es economista, psicólogo y miembro del Consell Assessor per a la Reforma Horària, además de consultor especialista en gestión del cambio en las organizaciones y desarrollo personal.
¿Realmente las administraciones públicas puedan cambiar sus inercias en cuanto a organización del tiempo?
Claro que sí. Se pueden hacer muchas cosas. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, por ejemplo, que se ha tomado muy en serio la iniciativa de la reforma horaria, ha acortado la duración de los plenos. Estoy convencido de que si en los plenos, en lugar de ser mayoritariamente masculinos, hubiese más mujeres, no se acabarían nunca a las nueve de la noche. Si la primera institución del país lo ha hecho, también puede hacerlo el Ayuntamiento de Terrassa.
¿Cómo podrían acortarse los plenos?
Primero, una vez se sabe el orden del día convendría analizar si todos esos temas tienen que ir al pleno. Los plenos suelen ir sobrecargados. Una vez se ha hecho esta primera revisión, analizar con una mirada crítica si todos los temas que quedan caben en un único pleno, de manera que la organización de la sesión sea más razonable. Y a parte de procurar esta eficacia en la gestión, los concejales deberían tomar consciencia de que son un modelo para el municipio.
¿Realmente cree que son un modelo?
Sí. La visibilidad de la acción de gobierno entiendo que preocupe, pero también el hecho de transmitir que el tiempo es importante. ¿De verdad es necesario inaugurar una plaza un domingo a las siete de la tarde? Los políticos tienen que darle valor al tiempo. Tienen que tener presente que debe ser excepcional que un acto o reunión se alargue más allá de las nueve de la noche. A parte del ejemplo que puedan dar, deben tener presente su responsabilidad interna: están arrastrando a la plantilla a horarios infumables.
Eso sería toda una revolución teniendo en cuenta la realidad.
Debemos conseguirlo, como sociedad, como modelo social que son los políticos y la Administración. Deben transmitir que el uso eficiente del tiempo también está entre sus prioridades porque tiene muchos beneficios.
¿Cuáles?
Tener tiempo se traduce en salud, en cultivar la vida personal y familiar, en practicar deporte, en hacer acciones en favor de la comunidad.
¿Cuál es el objetivo del pacto nacional por la reforma horaria?
Sabemos que en muchos ámbitos no podemos regular los horarios, por eso creemos que hay que ayudar a que la ciudadanía tome consciencia de que puede gobernar su vida, en lugar de que sea gobernada por el reloj. Hay que abrir la reflexión sobre el tipo de vida que queremos llevar y no tener que levantarnos con la agenda en la cabeza. En breve presentaremos al Parlament las conclusiones del proceso participativo y esperamos que se firme el pacto nacional por la reforma horaria este año y que de aquí se derive una ley que regule algunos aspectos sobre la organización del tiempo y ofrezca recomendaciones.